viernes, 19 de octubre de 2012

Libia sumida en el caos

 La inestabilidad política y social se extiende como un reguero de pólvora en Libia a un año del asesinato del líder Muammar Al Gaddafi a manos de los servicios secretos occidentales

La crisis en Libia se profundizó más con el asesinato del embajador estadounidense, Chris Stevens, durante un ataque armado al consulado norteamericano en la ciudad de Bengasi. Con la muerte del diplomático, que fue uno de los principales impulsores de los grupos mercenarios que derrocaron a Gaddafi, los enfrentamientos se potenciaron en varias ciudades libias, mostrando que la supuesta paz prometida por los opositores está muy lejos de llegar.

En los últimos días las miradas se han posado sobre Bani Walid, localidad que se convirtió en uno de los bastiones de la resistencia gaddafista durante los bombardeos de la OTAN. La ciudad se encuentra sitiada por las fuerzas armadas del gobierno tras una sucesión de combates, que han dejado como saldo decenas de muertos. Medios libios señalaron que Bani Walid fue sometida a fuego de artillería, lo que ocasionó muertos y heridos.


La presencia en todo el país de milicias armadas, muchas de ellas conformadas por mercenarios que combatieron contra el Ejército de Gaddafi, es uno de los detonantes de la actual crisis. Hasta el momento, el actual Gobierno no ha logrado desmantelar a esos grupos, que operan con total autonomía y aplican sus propias leyes en las zonas que controlan, sometiendo a la población. En ciudades como Bengasi, Zilten y Misrata las escaramuzas, protestas y combates se han multiplicado con el transcurso de los meses. 

A esto se suma la reciente denuncia publicada en el diario italiano Corriere della Sera, sobre la participación de un agente del servicio secreto francés en el asesinato de Gaddafi. Con esta noticia se da una nueva confirmación de la presencia en Libia de agentes de inteligencia extranjeros, principalmente de Estados Unidos y Francia, como fue revelado en diferentes medios de prensa el año pasado. Francia recibe el 35% del petróleo bruto que produce Libia, según el acuerdo firmado del entonces mandatario francés Nicolás Sarkozy con los mercenarios que desestabilizaron al gobierno de Gaddafi.

En medio de la crisis en Libia, Naciones Unidas o las potencias que invadieron el país, encabezadas por la Casa Blanca, no han arriesgado la posibilidad de efectuar una investigación completa por el asesinato de Gaddafi, que se produjo sin juicio previo, como tampoco rastrear el destino de las reservas internacionales del país, confiscadas por los gobiernos europeos y norteamericano, y que asciende a cientos de millones de dólares.

Fuente: Libre Red

No hay comentarios:

Publicar un comentario