miércoles, 30 de mayo de 2012

Sindicalistas ricos, trabajadores pobres

Ellos viajan en autos importados, custodiados “por expertos”, detrás del polarizado, se esconden del albañil que se juega la vida en el andamio, de la costurera que se duerme en la máquina, de la obrera que envuelve los manjares que nunca podrá comprar

El régimen sindical de Argentina, copiado por Perón de la “Carta del Lavoro” italiana (legislación de Mussolini), demuestra que luego de más de sesenta años, la dirigencia sindical peronista, detenta un poder monopólico con dirigentes vitalicios que se dedican a la política partidaria y a acumular riquezas personales. Ellos se convierten en millonarios algunos y nuevos ricos muchos, dentro de un marco de impunidad judicial y fiscal. Mientras los políticos del peronismo discursean sobre el respeto a la democracia, los dirigentes gremiales pactan con los gobernantes peronistas de turno, la forma de repartir el poder político y económico y se eternizan en el poder. Son sumisos con gobiernos peronistas pero le hacen la vida imposible a gobiernos democráticos de signo diferente. Tras muchos años de cultura peronista, sus cuadros sindicales y políticos consideran que "gobernar es concentrar poder". 

martes, 15 de mayo de 2012

Repsol no es España

Por Juan Torres López
Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla

La única manera de entender las razones que provocan el furor con que el gobierno español, los medios de comunicación y tantos tertulianos de toda laya defienden a Repsol no puede ser otra que comprobar el amplio listado de ex autoridades del Estado, incluyendo actuales ministros, que han estado en su nómina, las miles de páginas y horas de su publicidad que financian a los medios y quién sabe qué otro tipo de influencias inconfensables e inconfesadas.

Defender la españolidad de Repsol es algo demasiado forzado y olvidar que los que ahora lo hacen con tanto ímpetu fueron, en su gran mayoría, los que promovieron y llevaron a cabo la privatización de empresas que entonces sí que eran efectivamente españolas, no solo porque la totalidad o la inmensa mayoría de su capital era español, lo que quizá incluso sea lo de menos, sino porque la estrategia empresarial que perseguían respondía a intereses nacionales y no globales que apenas si repercuten en el progreso de España y en el bienestar de sus ciudadanos.

Desde que fue privatizada, Repsol tiene su cerebro y su alma puestos en otros lugares e intereses y no se puede decir que haya sido España en su conjunto quien se haya beneficiado de su actividad empresarial. Utiliza paraísos fiscales para tratar de tener aquí la menor carga fiscal posible, ha destruido empleo y a docenas de pequeñas y medianas empresas española al someterlas a condiciones de pagos draconianas a pesar de que cuenta con abundantes recursos financieros y liquidez suficientes. Es por ello una perversión inaudita que el gobierno y ex políticos en su nómina salgan a defenderla y que no dijeran nada cuando Repsol actuaba de esa manera lesiva para la economía nacional.

martes, 1 de mayo de 2012

De nuevos ricos a nuevos pobres

Unos 800.000 españoles han caído en situación de exclusión severa después de tres años de crisis - Según Cáritas, los servicios sociales públicos no dan abasto


Por Juan G. Bedoya

Un faraónico rebaño de vacas famélicas simboliza el sueño de millones de familias españolas en el tercer año de la crisis. Es la parte subjetiva de un terrible problema social que Cáritas Española puso en cifras, en julio de 2011, con datos propios y los de la Encuesta de Condiciones de Vida, del Instituto Nacional de Estadística (INE). La conclusión es que no para de crecer la pobreza (alcanza ya al 20,8% de la población: cerca de diez millones de personas), en tanto que la exclusión social sumó 800.000 personas más entre 2007 y 2010, con nada menos que 8,5 millones de españoles en esa situación. Además, hay 1,4 millones de hogares en los que ningún miembro trabaja y otros 500.000 que ya han agotado los sistemas de ayuda y no tienen ningún ingreso. La tesis general es culpar al paro de todas las situaciones de vulnerabilidad. Es una verdad a medias, según el último análisis de Cáritas mediante un estudio realizado con la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada). "Incluso la población ocupada tiene esta sensación de empeoramiento de sus condiciones de vida al aumentar la precariedad o la incertidumbre respecto al empleo", sostiene la principal organización asistencial de la Iglesia católica.