miércoles, 28 de mayo de 2014

Señor Snow

La idea de usar la ciencia en el área de derechos humanos comenzó en la Argentina. Los países europeos tienen ahora sus equipos. Pero los argentinos fueron pioneros



Leila Guerrero

Fumaba mucho, bebía con gusto, usaba un sombrerito raro, mezcla de Humphrey Bogart e Indiana Jones. Había nacido en Texas, en 1928. Era antropólogo forense. Había participado de la identificación de los restos de Josef Mengele, y hecho lo propio con los de personas acribilladas en masacres generosas: Croacia, el Congo, mi país. Vino a Argentina por primera vez en 1984 y conoció a un estudiante de medicina —Morris Tidball-Binz—, a quien pidió ayuda para exhumar siete cuerpos de posibles desaparecidos. Tidball-Binz, para ayudarlo, le presentó a un puñado de estudiantes de antropología —Douglas Cairns, Mercedes Doretti, Patricia Bernardi, Luis Fondebrider—, a quienes el hombre explicó las condiciones del trabajo: deprimente, peligroso, sin paga. Los estudiantes dijeron que sí, lo acompañaron a hacer esas exhumaciones, aprendieron de él una profesión que, en un país que salía de una dictadura, muchos miraban con sospecha y, en 1987, formaron el Equipo Argentino de Antropología Forense. Desde entonces, el EAAF trabaja identificando restos de víctimas del terrorismo de Estado en Argentina y en más de treinta países. "La idea de usar la ciencia en el área de derechos humanos comenzó en Argentina. Los países europeos tienen ahora sus equipos. Pero los argentinos fueron pioneros", dijo de ellos, con orgullo, aquel hombre que fuera su maestro. Hace unos días, Patricia Bernardi me escribió desde Georgia diciendo que el 16 de mayo había muerto aquel hombre, el maestro de todos: Clyde Snow. En la página del Equipo puede leerse, desde entonces: "Familias de personas desaparecidas y asesinadas en conflictos alrededor del mundo encontraron en Snow la posibilidad de una investigación forense independiente, la identificación de los restos de sus seres queridos y el aporte de pruebas a la justicia”. Muere mucha gente. Y a veces muere un hombre indispensable.

sábado, 17 de mayo de 2014

La estirpe de los espías

Isidoro Gilbert

El espionaje es tan viejo como el género humano que con el tiempo se ha ido sofisticando. Los egipcios enviaban mercaderes a visitar otras tierras para que nutrieran a sus soberanos de informaciones sobre la vida de sus vecinos. De aquellos papiros con informes encriptados, trasiego de documentos (el cardenal Richelieu estuvo a sueldo de los zares rusos), las fotografías furtivas de unidades militares o de papeles secretos, informes detallados sobre las personalidades de un gobierno, sobre todo sus debilidades y mucho más, producto casi siempre de individuos o de un pequeño equipo, se están convirtiendo en temas de leyenda cuando entidades como la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) puede coordinar el control de cualquier llamada telefónica o el movimiento de cualquier red social y mucho más, algo que arroja a la historia de la antigüedad el trabajo de los espías. Más aún desde que el hombre puso satélites en el espacio cargados con máquinas inteligentes, muchas necesidades de las grandes potencias se han cubierto sin que un fisgón logre hacerse de documentación ultrasecreta. Los drones no son solamente máquinas sofisticadas de matar sino ojos escrutadores de todo lo que se mueve debajo de árboles, cadenas montañosas o grandes espejos de agua.

Los hijos del “semen boom”

Bioética. Crece la cantidad de donantes de semen en EE.UU. al igual que la industria que la administra.

Rene Almeling

En la película Una familia numerosa , Vince Vaughn es un ex donante de semen que descubre que tiene más de 500 hijos. ¿Es una exageración de Hollywood o un resultado posible? Nadie lo sabe. En EE.UU. no se registra cuántos donantes de semen hay, la frecuencia con que donan ni cuántos chicos nacen producto de esas donaciones.A diferencia de un final feliz de Hollywood, esa falta de regulación tiene consecuencias reales para donantes y chicos a cuya gestación contribuyen. El Journal of the American Medical Association publicó el estudio de un donante de 23 años que transmitió un trastorno cardíaco genético que afectó a por lo menos ocho de veintidós niños producto de sus donaciones de semen, entre ellos a un chico que murió como consecuencia de insuficiencia cardíaca. La Sociedad de Medicina Reproductiva de los EE.UU. recomienda efectuar análisis genéticos a los donantes de semen. Muchos bancos lo hacen, pero el gobierno no lo exige. Los riesgos aumentan conforme lo hace la cantidad de niños concebidos a partir de cada donante.

jueves, 8 de mayo de 2014

Desafíos del futuro

Desde hace semanas circula por diferentes redacciones un Informe que trasmitió la alemana Agencia Reuters. Allí se publican algunas conclusiones de un trabajo encargado por la norteamericana NASA del cual también se hizo eco el diario británico The Guardian. Según dicho Informe, a través de modelos teóricos han terminado por concluir que la actual civilización va tomando caminos peligrosos. La crisis económica, el auge tecnológico puesto al servicio de las ganancias empresariales, la presión sobre los recursos del planeta para satisfacer las crecientes demandas instaladas por el consumismo y el “cambio climático” por estas mismas circunstancias, son factores que ponen en riesgo el futuro del conjunto de la humanidad. Recoge la idea que, al igual que en otras civilizaciones perdidas, la actitud de las élites en el poder es “es seguir haciendo lo habitual” sin percibir los peligros que encierra tal forma de actuar.

Sin hacer referencia a este consumismo desaforado y al modelo económico que lo promueve, el conocido científico Stephen Hawking ha ido más lejos. Considera que si, en los próximos 100 años, los humanos no son capaces de colonizar otros planetas estarán frente “a una extinción inminente”. Según su apreciación los recursos son limitados y la población cada vez mayor. No faltan quienes como el economista de origen turco Nouriel Roubini, quien advirtió sobre la crisis financiera que se instaló en los países occidentales, que ahora dicen que las “nuevas tecnologías de fabricación” pueden –al día de hoy- fabricar mediante robots el 47% de las cosas que se hacen en el actual sistema industrial, profundizando la crisis de empleo. Quien quiera podrá encontrar en Internet las características de una impresora 3D china que mezcla cemento con fibra de cristal y fabrica bloques para hacer viviendas según la medidas y diseño del interesado, pudiendo fabricar hasta 10 casas de 200 metros cuadrados por día. Obviamente los sectores económicamente poderosos, a través de estos mecanismos, harán que el capital siga concentrando poder y bienes en sus manos. A pesar de todo “La Vida es Bella” como lo recuerda el título de la hermosa película del italiano Roberto Begnini, justamente por eso hay que cuidarla.

Juan Guahán, Question