Desde hace semanas circula por diferentes redacciones un
Informe que trasmitió la alemana Agencia Reuters. Allí se publican
algunas conclusiones de un trabajo encargado por la norteamericana NASA
del cual también se hizo eco el diario británico The Guardian. Según dicho Informe, a través de modelos teóricos han terminado por
concluir que la actual civilización va tomando caminos peligrosos. La
crisis económica, el auge tecnológico puesto al servicio de las
ganancias empresariales, la presión sobre los recursos del planeta para
satisfacer las crecientes demandas instaladas por el consumismo y el
“cambio climático” por estas mismas circunstancias, son factores que
ponen en riesgo el futuro del conjunto de la humanidad. Recoge la idea
que, al igual que en otras civilizaciones perdidas, la actitud de las
élites en el poder es “es seguir haciendo lo habitual” sin percibir los
peligros que encierra tal forma de actuar.
Sin hacer referencia a este consumismo desaforado y al modelo
económico que lo promueve, el conocido científico Stephen Hawking ha ido
más lejos. Considera que si, en los próximos 100 años, los humanos no
son capaces de colonizar otros planetas estarán frente “a una extinción
inminente”. Según su apreciación los recursos son limitados y la
población cada vez mayor. No faltan quienes como el economista de origen turco Nouriel Roubini,
quien advirtió sobre la crisis financiera que se instaló en los países
occidentales, que ahora dicen que las “nuevas tecnologías de
fabricación” pueden –al día de hoy- fabricar mediante robots el 47% de
las cosas que se hacen en el actual sistema industrial, profundizando la
crisis de empleo. Quien quiera podrá encontrar en Internet las
características de una impresora 3D china que mezcla cemento con fibra
de cristal y fabrica bloques para hacer viviendas según la medidas y
diseño del interesado, pudiendo fabricar hasta 10 casas de 200 metros
cuadrados por día. Obviamente los sectores económicamente poderosos, a
través de estos mecanismos, harán que el capital siga concentrando poder
y bienes en sus manos. A pesar de todo “La Vida es Bella” como lo recuerda el título de la
hermosa película del italiano Roberto Begnini, justamente por eso hay
que cuidarla.
Juan Guahán, Question
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