sábado, 17 de mayo de 2014

Los hijos del “semen boom”

Bioética. Crece la cantidad de donantes de semen en EE.UU. al igual que la industria que la administra.

Rene Almeling

En la película Una familia numerosa , Vince Vaughn es un ex donante de semen que descubre que tiene más de 500 hijos. ¿Es una exageración de Hollywood o un resultado posible? Nadie lo sabe. En EE.UU. no se registra cuántos donantes de semen hay, la frecuencia con que donan ni cuántos chicos nacen producto de esas donaciones.A diferencia de un final feliz de Hollywood, esa falta de regulación tiene consecuencias reales para donantes y chicos a cuya gestación contribuyen. El Journal of the American Medical Association publicó el estudio de un donante de 23 años que transmitió un trastorno cardíaco genético que afectó a por lo menos ocho de veintidós niños producto de sus donaciones de semen, entre ellos a un chico que murió como consecuencia de insuficiencia cardíaca. La Sociedad de Medicina Reproductiva de los EE.UU. recomienda efectuar análisis genéticos a los donantes de semen. Muchos bancos lo hacen, pero el gobierno no lo exige. Los riesgos aumentan conforme lo hace la cantidad de niños concebidos a partir de cada donante.

¿Cómo se llegó a esto? La donación de semen dejó de ser una práctica de producción personalizada y se convirtió en una industria que recuerda la producción masiva. En la actualidad, la provisión de semen en EE.UU. se concentra en pocas grandes compañías que mantienen múltiples oficinas, por lo general cerca de universidades. Los reclutadores escriben avisos descarados (“¡Cobrá por algo que hacés de todos modos!”). Hacen una selección entre centenares de candidatos en busca de los “pocos hombres buenos” que salen airosos de rigurosos estudios médicos y tienen una cantidad de espermatozoides lo suficientemente alta para sobrevivir al congelamiento. Debido a la elevada inversión en la búsqueda de donantes, los bancos exigen que los hombres lleven muestras regularmente durante meses, lo que deriva en grandes cantidades de material genético que pueden producir decenas y hasta centenares de chicos.

La regulación no ha seguido el cambio fundamental de la forma en que la industria de la fertilidad obtiene el semen. Ningún organismo federal ni organización profesional monitorea la cantidad de hombres que donan, las muestras que se venden ni los niños que se conciben. La Administración de Alimentos y Medicinas exige que los bancos de semen sometan a los donantes a análisis de enfermedades específicas, pero no reúne datos sobre cuántas veces donan los hombres. Los bancos de semen dicen que limitan la cantidad de vástagos por donante, pero no tienen forma de obligar a sus clientas a informar cuándo quedan embarazadas o dan a luz. Debe exigirse a los bancos que informen sobre la cantidad de muestras por donante que se venden a la FDA. Por lo menos se tendría idea de si la cantidad promedio es de decenas o centenares.

©The New York Times

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