domingo, 2 de diciembre de 2012

“Hay un México en guerra y otro en paz”

Vuelve al poder el partido que forjó el México contemporáneo, el PRI, el viejo partido autoritario regresa a un país que acumuló una cultura democrática que antes no tenía. El analista Sergio Aguayo habla de la transición

Por Eduardo Febbro, desde Ciudad de México

México cambia de presente político, y tal vez de futuro social. El presidente Felipe Calderón deja el poder hoy con un tendal de muertos –más de 50 mil– como herencia de un mandato marcado por la infructuosa lucha contra el crimen organizado y cuyo fin marca también el fin de lo que en México se llama “la alternancia”. Hoy vuelve al poder el partido que forjó el México contemporáneo, el PRI, cuyo candidato, Enrique Peña Nieto, ganó las elecciones. Después de más de 70 años en el poder, el PRI había perdido las elecciones presidenciales en el año 2000 en beneficio del centroderechista PAN (Partido Acción Nacional).

La ilusión que ese cambio suscitó se mide hoy en el desencanto que los dos mandatos del PAN dejaron como resultado: el de Vicente Fox entre 2000 y 2006, y el de Felipe Calderón, 2006-2012. En julio de 2012, entre el centroderecha del PAN, la derecha del PRI y la izquierda del PRD, los electores optaron por el PRI. Pero el viejo partido autoritario regresa a un país cambiado, a un México que, más allá de las decepciones, acumuló una cultura democrática que no tenía. La “transición” fue una frustración, pero la sociedad civil no se rindió. Surgió un México que grita y reclama por sus derechos, que milita y busca a sus muertos y pide justicia al lado de un México que se calla. Sergio Aguayo habla de esos dos Méxicos con la pasión de un científico enamorado: lúcido y certero, ilusionado pero no inocente, comprometido con las pulsiones de México hasta en los silencios. Este analista brillante, autor de libros claves sobre la realidad mexicana –La Charola, El Panteón de los Mitos, Vuelta en U y La Transición en México– hace un balance crítico de los sueños perdidos en el camino de la transición democrática que se inició en México en 1996. También mira hacia el futuro, consciente del peso horrendo de la guerra, pero confiado en la fuerza de ese México que se sacó la mordaza del miedo.

–Llegamos al momento de una nueva transición paradójica: el regreso del PRI al poder tras 12 años en la oposición. En suma, vuelve al primer plano el partido autoritario, manchado por innumerables casos de corrupción. La victoria del PRI parece reflejar también la enorme decepción que dejó la transición.
–Es una historia compleja. En primer lugar, mi generación se equivocó al suponer que elecciones limpias eran sinónimo de democracia. Empezamos a tener elecciones razonablemente limpias, pero no tuvimos democracia porque se produjo un problema asociado: cada vez que en México había una movilización social, el régimen autoritario respondía con una reforma electoral que fortalecía a los partidos. En 1996, los partidos se convirtieron en magnates de la noche a la mañana con el incremento en 12 veces del financiamiento público. Eso significó que los partidos políticos se olvidaron de representar a la sociedad y empezaron a preocuparse por las elites. Eso llevó a que la alternancia en el poder político significara una redistribución muy inequitativa del poder económico, informativo, coercitivo. Por consiguiente, lo que vemos en el siglo XXI es una democracia profundamente inequitativa en todos los órdenes. Hay una acumulación de poder en la cúspide y un reparto desigual en los sectores medios y bajos. Esto terminó significando varias cosas: primero, que la corrupción crece. Los gobernadores se volvieron extraordinariamente poderosos: dos, los multimillonarios crecen más, por algo tenemos al hombre más rico del mundo. Ese sector obtuvo un trato privilegiado por parte del Estado: tres, las televisoras adquieren un poder inmenso. En última instancia, aun cuando tenemos avances porque el México de 2012 no es el de 1968, la sociedad no cuenta con suficientes instrumentos para poder equilibrar. En síntesis, la redistribución del poder fue integral y llevó a la violencia.

–Hay entonces una relación directa entre la forma en que el poder político usó la alternancia para su beneficio y la violencia que México conoce hoy.
–Este proceso se inicia después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el crimen organizado empieza a crecer muy lentamente. En el pasado, el crimen organizado estaba controlado por un Estado centralista. Con la alternancia, el poder se resquebraja y una de las consecuencias no buscadas por la alternancia fue que el crimen organizado crece porque negocia con los gobernadores o los presidentes municipales. Lo que vemos entonces entre 2006 y 2012 es la explosión del poder del crimen organizado, el cual tiene una enorme capacidad de fuego gracias a la corrupción en los Estados Unidos. La actitud de Estados Unidos permite un contrabando de armas increíble, terrible e intenso. Los carteles del crimen organizado tienen ejércitos muy bien armados que se enfrentan con éxito al Estado mexicano. En consecuencia, estamos en una etapa en la cual existe un México en guerra y un México en paz, en donde el poder está concentrado en unas elites gobernantes que están divorciadas de la sociedad. Los partidos no representan a la sociedad y ésta se defiende con más o menos éxito dependiendo de la ciudad o del Estado. El Distrito Federal tiene el grado de concentración de capital social más alto del país y, por consiguiente, se defiende mejor que Michoacán o Tamaulipas, donde la sociedad civil es muy débil.

–En su análisis se hace el retrato de un poder político estratificado.
–Creo que se viene una década de reajustes en la redistribución del poder. La guerra va a durar por lo menos una década más. Serán años en los cuales habrá reacomodos y en los cuales la sociedad avanzará en la defensa de sus intereses según las reglas de la participación en la vida pública. Esas reglas no son uniformes en todo el país. México no es un país homogéneo. Hay enormes diversidades por región, lo que es válido en Ciudad de México es irrelevante en Mérida o Tamaulipas. Pero el país se está moviendo y esa fluidez hace que la situación mexicana sea confusa y al mismo tiempo tan fascinante.

–Hay con todo un dato espeluznante: la cifra de muertos.
–Me parece que tenemos que aceptar que somos un país en guerra. Todo sería más fácil si quienes gobiernan México y la comunidad internacional lo aceptaran. Pero desafortunadamente siguen una política evasiva, una actitud de avestruz. Hacen todo lo posible para minimizar, para ignorar la tragedia humanitaria que vive México. Una parte de la comunidad internacional se compró las tesis del gobierno mexicano, el cual dice: todo esto es transitorio, son los narcos que se están matando entre ellos, etc. Algo muy curioso es la poca información que hay sobre el costo social de la guerra.
La información que tenemos es extraordinariamente inquietante, no sólo por los muertos: se estima que hay 40.000 secuestrados en los últimos años, más de 14.000 desaparecidos. Chile tuvo 3000, Argentina entre 10 mil y 30 mil. Nosotros ya llevamos 15.000 desaparecidos en esta guerra y el mundo hace lo posible por ignorarlo. ¡Es absurdo! Lo que se viene es una etapa enorme, de retos gigantescos. En cuanto a lo que pasó, yo creo que era necesario enfrentar el crimen organizado, pero lo que yo le critico al presidente saliente Felipe Calderón es la mediocridad de su estrategia. En 2007, Calderón dijo: “Abrí el paciente suponiendo que tenía un cáncer, pero descubrí que ya tenía una metástasis”. En suma, aquí se lanzó una guerra sin tener una idea clara de la magnitud del peligro. Calderón no anticipó, se aferró a una estrategia fallida, se negó a escuchar y minimizó el costo social que la guerra estaba teniendo entre víctimas y desaparecidos. Felipe Calderón es un comandante mediocre.

–Un comandante mediocre seguido por un misterio: Enrique Peña Nieto.
–Sí, Peña Nieto es un enigma. No sé qué piensa él. Independientemente del hecho de que ganó de una manera bastante sucia, desearía que el nuevo presidente tuviera una estrategia más inteligente. Enrique Peña Nieto representa a un PRI muy atrasado, el del estado de México. Es producto del PRI más autoritario, más opaco y tal vez el más corrupto del país. Pero en estos años México ha cambiado. La historia no es una plastilina que los gobernantes modelan a su antojo. Más allá de lo que quiera el PRI, ese grupo es una pieza dentro de un engranaje de poder más complejo. Uno de los errores que se cometen es pensar que porque el PRI regresa también vuelve el presidencialismo.

–El PRI, sin embargo, ha demostrado que no se transformó. La sociedad sí.
–¿Quién iba a creer que un partido como el PAN, que durante más de 70 años acumuló toneladas de decencia y ética, iba a entregarnos un país más corrupto que el que recibió? Lo que vamos a ver en México es una gran batalla entre el México autoritario y el México democrático. El México democrático es el que, en el sentido moderno, quiere transparencia, respeta la diversidad sexual y los derechos humanos. Para mí, se trata de entender la realidad sin satanizar a nadie para defender lo que hemos alcanzado.

5 comentarios:

  1. hummm quiere aparentar neutralidad pero es un claro chilango más, opinando de la estrategia fallida contra el narco desde la seguridad de una computadora en el DF. Que vaya a San Fernando, Tamaulipas o Apatzingán Michoacán. para que vea los comboys de hasta 40 camionestas cargadas de hombres armados y vea de primera mano como los narcos se matan entre sí por las plazas. Que los vea paseando por el centro con sus veículos de lujo y armados hasta los dientes, a ver si así se convence de que la guerra entre cárteles es una ilusión del gobierno. Esto no es un discurso!!!!! Habla de la debilidad de Michoacán y Tamaulipas respecto a sus luchadores sociales, pero se le olvida que Históricamente los gupos de lucha social en Michoacán, siempre han sido fuertes y lo que él define como una "defensa débil" aludiendo al rechazo de EPN se debe a que en Michoacán como en toda la república, la mayoría no votó por AMLO. AMLO arrazó en el Df, pero que creen "de-efequenses"? El DF no es TODO el país. En Michoacán gobernó el PRD por 10 años y se robaron hasta los retretes de las oficinas, sin contar conque el gobernador Leonel Godoy (quien fue mano derecha de AMLO cuando gobernaba el Df), dejó un Estado en la ruina y con altos índices de delincuencia organizada, secuestros, extorciones, etc. y que su propio hermano es uno de los líderes del cártel local. Gracias a Dios, nos libramos del PRD en Michoacán.

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    1. Me disculpo por la ortografía pero son las 3 AM... ya tengo sueño.

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    2. No te ofendas, pero te prendiste por Michoacán, cuando el blog nos habla de un punto de vista del estatus que nos deja el PAN y lo que se espera de parte del EPN y el PRI que representa, no creo que se trate de comparar que sociedad hace más por sus derechos, desde el momento en que dices "de-fequenses" nos dejas ver la profundidad de tu análisis, RSS de Qro.

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  2. Calderón ha sido el unico que se ha fajado los pantalones contra una delincuencia que por años habia estado en complicidad con los gobiernos corruptos del pri. Ni el prd que se cree el salvador de mexico lo hubiera hecho tan bien como Felipe. El Prd habrá ganado el df, pero ellos no son todo mexico, Aqui en tamaulipas estamos de acuerdo con la lucha contra el narcotráfico.

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  3. Por peperrucho: Según este tío Calderón entrega un México mas corrupto que el que dejo Zedillo vaya que tipo tan estúpido como se ve que los mexicanos no perciben la corrupción de su propia sociedad lo cual al final se transforma en su gobierno y forma de vida. En Mexico me atrevo a decirlo es un país que a diferencia de otros países latinoamericanos cuenta con una clase media compuesta por ingreso mas no refleja la cultura y preparación de su contraparte en cualquier otro país latinoamericano es decir una persona de clase media en la mayoría de países y casos tiene un nivel educativo y forma de vida similar aquí en México eso es diferente, ya que en Mexico existe el mexican dream y no es cruzar la frontera norte hacia los EEUU aclaro, esto consiste en laborar en alguna empresa de gobierno dígase Pemex CFE IMSS Magisterio entre las mas destacadas Ahora como sucede lo anterior? Bien a algún guarro con escasa o forzada preparación le dan un trabajo donde ya mencione, aumentando significativamente sus ingresos ya gana lo mismo que una persona de clase media mas no tiene la preparación y cultura esto lejos de mejorar su calidad de vida potencializa sus vicios, son estos los tios que ganan lo suficiente para aspirar cocaína, pagar prostitutas de lujo,tener mas de una familia, alcoholizarse durante días, aclaro no todas estas virtudes negativas a la vez pero si alguna de ellas nadie se salva incluso algún tío que conocí de Pemex me dijo que el que no era alcohólico era: drogadicto, sexo adicto apostador etc pero que todos tienen algo así. El jodido apenas tiene para tragar en cambio estos son los consumidores que le dan fuerza al narcotrafico les sobra plata para este tipo de hobies. Ahora que pasa con este gran numero de Pseudodociudadanos de clase media ellos son los que votan por el partido oficial PRI con tal de mantener su "trabajo" (pues aclaro hacen muy poco para lo demasiado que ganan) no les importa joder a su país y son tan indiferentes de lo que acontece a sus conciudadanos pues están tan cómodos en su cajita de confort que poco les importan los demás al fin ellos ya están viviendo el mexican dream. El mayor secreto de el PRI no fue arreglárselas para robar si no en hacer cómplices a un buen numero de mexicanos los cuales a su vez mantienen vigente por medio de sus votos a este tan nefasto partido político (PRI) que poco conocen los mexicanos sobre ellos mismos o como dicen por aquí se hacen bien pendejos. Dan risa verlos gritando viva México la noche del el 15 de Septiembre cuando no tienen ni una puta idea de lo que es amar a un país de ser un patriota. Todos los pueblos tienen el gobierno que se merecen y este no es la excepción. Pueden luchar hasta el cansancio pero eso es ser hipócritas, cuando muchos de los que mencione anteriormente son los que cimientan el narcotrafico en México.

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