Por Juan Gelman
El primer ministro israelí, Benjamin Netanhayu, se “robó el show”
cuando le tocó hablar ante la reciente Asamblea General de las Naciones
Unidas. Tras 25 minutos de discurso desembolsó un cartón con un diseño:
“Esto es una bomba”, dijo señalando un círculo negro, “esto es un
fusible”, agregó señalando un fusible en su extremo superior y pasó a
explicar. La figura simulaba una bomba nuclear iraní, una línea negra
horizontal marcaba un 70 por ciento de la primera etapa de su
construcción que, según el premier, Irán ya habría completado. A
continuación, Netanhayu marcó otra línea roja que indicaba el 90 por
ciento de la segunda y el 10 por ciento restante su culminación
(www.ctpost.com, 28/9/12). Había que actuar contra Teherán antes de que
llegara a la segunda etapa. El gesto centró la atención de la Asamblea, aunque no escasearon las
risas. Tampoco la confusión: el centrista periódico israelí
Yediot Aharonot publicó una interpretación absolutamente
distinta.
Que esta consideración sea equivocada no quita que Netanhayu tenga
apuro en bombardear Irán ni que su análisis choque con evaluaciones
de la inteligencia estadounidense y las del propio Mossad: el
programa nuclear iraní no está a punto de fabricar una bomba nuclear.
Cabe recordar un espectáculo similar que la Casa Blanca, ya empeñada
en invadir Irak, presentó ante la Asamblea General de las Naciones
Unidas en febrero del 2003: el general Colin Powell, entonces secretario
de Estado de Bush, afirmó que el régimen iraquí poseía un arsenal de
armas de destrucción masiva y mostró fotos tomadas por satélite que
indicarían la presencia de tanques de almacenamiento de armas biológicas
y la ubicación de la planta que las produciría. EEUU invadió Irak, consiguió decenas de miles de civiles iraquíes
muertos y más de cuatro millones de refugiados, pero esas armas nunca
aparecieron. Colin Powell reconoció en 2007 que se había equivocado y
les echó la culpa a los servicios de espionaje de su país. Aunque débil,
un pretexto no deja de serlo.
Netanhayu proclama por todos los medios que Irán tendrá su bomba a
mediados del año que viene y que, en consecuencia, hay que intervenir
ya. Como bien señala Robert Fisk, el notorio corresponsal de guerra
especializado en Medio Oriente, el premier israelí olvida otras
profecías de dirigentes israelíes, incluso una de él mismo
(www.independent.co.uk, 28/9/12).
El premier israelí dijo en 1996 que Irán tenía la bomba.
El actual presidente israelí, Shimon Peres, predijo en 1992 que Teherán la obtendría en 1995.
Ehud Barak, quien dirigió la Operación Plomo Fundido que segó la vida de miles de civiles palestinos, hoy ministro de Defensa, dijo en 1996 que Irán sería potencia nuclear en el 2004.
En tanto, según fuentes de inteligencia estadounidenses, Israel entrena, arma y financia a terroristas iraníes para asesinar científicos nucleares de Irán y llevar a cabo atentados (http://rockcenter.abcnews.com, 9/2/12). Pertenecen a la organización Mujaidines del Pueblo de Irán o MEK, que figuraba hasta el primer semestre de este año en la lista de entidades terroristas de EE.UU. y de la OTAN hasta que aceptaron jugar ese papel.
El actual presidente israelí, Shimon Peres, predijo en 1992 que Teherán la obtendría en 1995.
Ehud Barak, quien dirigió la Operación Plomo Fundido que segó la vida de miles de civiles palestinos, hoy ministro de Defensa, dijo en 1996 que Irán sería potencia nuclear en el 2004.
En tanto, según fuentes de inteligencia estadounidenses, Israel entrena, arma y financia a terroristas iraníes para asesinar científicos nucleares de Irán y llevar a cabo atentados (http://rockcenter.abcnews.com, 9/2/12). Pertenecen a la organización Mujaidines del Pueblo de Irán o MEK, que figuraba hasta el primer semestre de este año en la lista de entidades terroristas de EE.UU. y de la OTAN hasta que aceptaron jugar ese papel.
Los operativos del MEK se atribuyen a la oposición, pero los coordina
el Mossad israelí. Se trata de las llamadas “operaciones con bandera
falsa” que permiten culpar a otros por actividades terroristas que
un país promueve y organiza. Israel las practica hace mucho y hoy admite que una célula terrorista israelí que operaba en Egipto
fue la que hizo estallar bombas en lugares frecuentados por
turistas de El Cairo y Alejandría en 1954,
dejando en cada lugar “evidencias” de que los árabes las habían
plantado.
La finalidad israelí era obstaculizar el acercamiento EEUU/Egipto,
pero un artefacto estalló antes de lo debido y permitió a la policía
egipcia detener a los autores. Algunos confesaron.
Poco costaría organizar una acción de esa naturaleza a fin de
apaciguar el apuro de Netanyahu. Robert David Steele, ex agente de la
CIA y miembro de los servicios de inteligencia de la Marina, señaló que
algunos funcionarios del gobierno, empeñados en que la Casa Blanca apoye
una guerra contra Irán, podrían organizar con ese fin una operación de
bandera falsa (www.phibetaiota.net, octubre 2011). Es que sus escritorios son cómodos.
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