Por Robert Fisk *


Hay que añadir el hecho de que Mahmud Abbas y su régimen totalmente
desacreditado en Ramalá seguirá haciendo concesiones a los israelíes –si
no me creen, lean “Los Papeles Palestinos” de Clayton Swisher– aun
cuando no hay más concesiones para hacer. Hamas y Khaled Meshaal le
seguirán negando a Israel el derecho a existir –permitiendo con esto que
Israel falsamente afirme que no “tiene nadie con quién hablar”– hasta
la nueva guerra y el subsecuente pedido cobarde del Occidente que
“instará a ambos lados a contenerse”, como si los palestinos poseyeran
los tanques Merkava, F-18 y aviones no tripulados. ¿Una tercera
Intifada? Quizá. ¿Un acercamiento a la Corte Internacional para condenar
a Israel por crímenes de guerra en construir colonias judías en la
tierra de otros? Quizás. Pero ¿y qué? Los palestinos ganaron un caso de
la Corte Internacional que condenaba la construcción del muro
apartheid/seguridad –y no sucedió absolutamente nada.
Ese es el destino de los palestinos. Les dicen la gente como Tom
Friedman que abandonen la violencia y adopten las tácticas de Gandhi: y
cuando lo hacen, igualmente pierden y Friedman permanece en silencio.
Era, después de todo, Gandhi quien dijo que la civilización occidental
“sería una buena idea”. Así que malas noticias para Palestina en 2013.
¿Irán? Bueno, los iraníes entienden Occidente mucho mejor de lo que
nosotros entendemos a los iraníes –muchos de ellos, recuerden, fueron
educados en Estados Unidos–. Y tienen una forma intrigante de salir por
encima, hagan lo que hagan. George Bush (y Lord Blair de Kut al Amara)
invadieron Afganistán y liberaron a los iraníes chiítas de su enemigo
sunnita, al que siempre llamaron el “Talibán negro”. Luego Bush-Blair
invadieron Irak y se liberaron del más detestable enemigo de la
República Islámica, Saddam Hussein. Así Irán ganó ambas guerras, la
afgana y la iraquí, sin disparar un solo tiro.
No cabe duda de que Irán dispararía uno o dos tiros si
Israel/Estados Unidos –los dos son intercambiables en Irán así como en
muchos otros países de Medio Oriente– fueran a atacar sus complejos
nucleares. Pero Israel no tiene estómago para una guerra abierta contra
Irán –la perdería– y Estados Unidos, habiendo perdido dos guerras en
Medio Oriente, no tiene gran entusiasmo en perder una tercera. Las
sanciones –y aquí está el verdadero némesis potencial de Irán– están
causando mucha más miseria que los F-18 de Israel. ¿Y por qué está
Estados Unidos amenazando a Irán en primer lugar? Hemos escuchado que
cabezas nucleares pueden “caer en las manos equivocadas”, como el gas
que podría “caer en las manos equivocadas” en Siria; o en Gaza, para el
caso, donde la democracia “cayó en las manos equivocadas” cuando Hamas
ganó las elecciones en 2006.
* De The Independent de Gran Bretaña para Página/12.
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