Taro Aso es el ministro de Finanzas del nuevo gobierno conservador
del Japón. Declaró (25/1/13) que hay que cambiar el sistema médico de
manera que “se mueran pronto” muchos de los pacientes terminales que
utilizan “el dinero del gobierno” para sus caros tratamientos. Llamó a los enfermos como “la gente del tubo”. Claro, él tiene
asegurada su atención. Es multimillonario y su conglomerado familiar
tiene 70 empresas, desde minas hasta un banco.
John Mackey es el presidente de la exitosa empresa Whole Food, que
vende alimentos orgánicos a precios altos. The New York Times le
preguntó (20/1/13): “La gran queja sobre su empresa es cuán cara es,
¿por qué no bajan los precios para hacer más felices a los clientes?”
Contestó: “La gente siempre se queja de que los precios son altos… La
gente no está históricamente bien informada acerca del precio de los
alimentos. Gastamos solo cerca del 7% de nuestro ingreso
disponible en alimentos; 50 años antes era el 16”.
No es el caso del 50% de la población del planeta, que gasta más de la mitad de sus ingresos en alimentos. Mackey sorprendió diciendo que el gobierno de Obama era fascista, por su ley de reforma de la salud. En 2009 se opuso duramente a la ley, y entonces algunos consumidores de Whole Foods organizaron boycotts. Que la ley posibilite dar seguro de salud a 35 millones de personas que no tienen ningún seguro sería para él “fascismo”.
No es el caso del 50% de la población del planeta, que gasta más de la mitad de sus ingresos en alimentos. Mackey sorprendió diciendo que el gobierno de Obama era fascista, por su ley de reforma de la salud. En 2009 se opuso duramente a la ley, y entonces algunos consumidores de Whole Foods organizaron boycotts. Que la ley posibilite dar seguro de salud a 35 millones de personas que no tienen ningún seguro sería para él “fascismo”.