El acoso callejero es una forma de
violencia. Puede ser verbal, a veces
se acompaña con la mirada, los gestos, puede ser en voz alta como para
ser escuchados como manifestación de hombría en el entorno o como un
susurro, alguien que puede estar muy cerca y hacerte algo. Se trata de
una amenaza velada aunque no se concrete. Causa temor, rechazo, asco,
vergüenza, impotencia. A veces llegan a atemorizar, agredir y lastimar a
sus destinatarias. Desde hace algunos años empezó a surgir un
movimiento internacional, en distintas ciudades del mundo, contra
comentarios libidinosos de ese tenor, pronunciados generalmente por
varones en la vía pública.
Atrévete o Hollaback promueve la recuperación del espacio público y proclama el derecho a su uso libre de acoso en cualquiera de sus formas. Buenos Aires se sumó a esta iniciativa que busca combatir el “acoso verbal callejero”, por considerar a los piropos libidinosos y lascivos como “violencia invisible” hacia las mujeres. “No todas las mujeres los percibimos como un halago o algo positivo, sino que muchas los experimentamos como un acto agresivo y desagradable”, dice María Tidball Binz, gestora de http://buenosaires.ihollaback.org donde promueve reaccionar ante lo que define como otra forma de violencia de género. El acoso callejero es una de las formas de violencia más naturalizadas. ¡Cómo vamos a ofendernos si nos dicen “piropos” por la calle! Lo mínimo que recibiremos por semejante reacción es el insulto de un varón ofendido. Y quien contesta recibe respuestas como ésta:
Atrévete o Hollaback promueve la recuperación del espacio público y proclama el derecho a su uso libre de acoso en cualquiera de sus formas. Buenos Aires se sumó a esta iniciativa que busca combatir el “acoso verbal callejero”, por considerar a los piropos libidinosos y lascivos como “violencia invisible” hacia las mujeres. “No todas las mujeres los percibimos como un halago o algo positivo, sino que muchas los experimentamos como un acto agresivo y desagradable”, dice María Tidball Binz, gestora de http://buenosaires.ihollaback.org donde promueve reaccionar ante lo que define como otra forma de violencia de género. El acoso callejero es una de las formas de violencia más naturalizadas. ¡Cómo vamos a ofendernos si nos dicen “piropos” por la calle! Lo mínimo que recibiremos por semejante reacción es el insulto de un varón ofendido. Y quien contesta recibe respuestas como ésta:
- Encima que te digo que sos linda te enojás, loca!
- ¿Sabés qué pasa?, yo no te pedí tu opinión, campeón.- Loca… Já.
Circula un video que intenta concientizar a los hombres, ya que invierte los roles y muestra a un varón transitar bajo la mirada e insinuaciones de las mujeres con las que se cruza.
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