miércoles, 12 de febrero de 2014

Acoso sexual callejero

El acoso callejero es una forma de violencia. Puede ser verbal, a veces se acompaña con la mirada, los gestos, puede ser en voz alta como para ser escuchados como manifestación de hombría en el entorno o como un susurro, alguien que puede estar muy cerca y hacerte algo. Se trata de una amenaza velada aunque no se concrete. Causa temor, rechazo, asco, vergüenza, impotencia. A veces llegan a atemorizar, agredir y lastimar a sus destinatarias. Desde hace algunos años empezó a surgir un movimiento internacional, en distintas ciudades del mundo, contra comentarios libidinosos de ese tenor, pronunciados generalmente por varones en la vía pública.

Atrévete o Hollaback promueve la recuperación del espacio público y proclama el derecho a su uso libre de acoso en cualquiera de sus formas. Buenos Aires se sumó a esta iniciativa que busca combatir el “acoso verbal callejero”, por considerar a los piropos libidinosos y lascivos como “violencia invisible” hacia las mujeres. “No todas las mujeres los percibimos como un halago o algo positivo, sino que muchas los experimentamos como un acto agresivo y desagradable”, dice María Tidball Binz, gestora de http://buenosaires.ihollaback.org donde promueve reaccionar ante lo que define como otra forma de violencia de género. El acoso callejero es una de las formas de violencia más naturalizadas¡Cómo vamos a ofendernos si nos dicen “piropos” por la calle! Lo mínimo que recibiremos por semejante reacción es el insulto de un varón ofendido. Y quien contesta recibe respuestas como ésta:

Encima que te digo que sos linda te enojás, loca!
¿Sabés qué pasa?, yo no te pedí tu opinión, campeón.
- Loca… Já.

Circula un video que intenta concientizar a los hombres, ya que invierte los roles y muestra a un varón transitar bajo la mirada e insinuaciones de las mujeres con las que se cruza. 


                      

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