Cien años de la muerte del autor de “Anna Karenina” y “Guerra y paz”

A los 82 años se fugó de su casa junto a su médico, porque la vida cotidiana se le había hecho insoportable. El rechazo de su vida hasta ese momento y su idea de renunciar a sus riquezas, no fueron bien recibidas por su mujer Sofía, madre de sus 13 hijos. Antes de irse, le escribió "Lamento que mi partida te ponga triste, pero créeme que no podía actuar de otra manera. Mi situación en la casa se ha vuelto insoportable, desde hace mucho. Me resulta imposible seguir viviendo en este entorno lujoso, y abandono esta vida mundana para pasar mis últimos días en aislamiento y silencio".
El jefe de una estación de tren le ofreció su casa. El único pensamiento que lo inquietaba era que alguien descubriera dónde estaba alojado, sin saber que la estación estaba llena de periodistas, que Sofía ya lo sabía y se encontraba en un tren interrumpiendo las vías y todos los diarios hacía días, daban noticias sobre su salud. Días más tarde, moría de pulmonía, rodeado de la gente de la que había huido. Tolstoi, no paraba de repetir: "Irse, lejos, de lo contrario me alcanzarán". Esa era su buena muerte; no la de la verdad, sino la de la huida.
Vladimir Tolstoi, tataranieto del escritor, acaba de llegar a Buenos Aires para cerrar “La semana Tolstoi” en la Biblioteca Nacional“ dice: "El no escapó para morir solo sino para seguir viviendo. No era un viejito jubilado, era un pensador que trabajaba y sabía que todo su entorno le sacaba fuerzas. Yo creo que alejarse de aquella casa, sin embargo, aceleró su muerte”. El autor pintó el cosmos del siglo XIX. En sus obras, no hay nadie demasiado canalla ni demasiado bueno, no tiene personajes ideales sino que están más cerca de las personas y se hacen preguntas que nos hacemos todos. No hay una sola pregunta a la que no puedas encontrar una respuesta en Tolstoi. Además, es contemporáneo como psicólogo y como profeta: fue uno de los primeros en plantar cuestiones de globalización, de la necesidad de convivir con el medio ambiente, de resolver con la no violencia.