Por Alfredo Jalife-Rahme, México
Argentina sufre una embestida brutal a la que ha dado mucho vuelo The
Financial Times (FT, 9,12 y 23/11/12), lo cual equivale, a mi juicio, a
unas “Malvinas jurídico-financieras” de la dupla anglosajona Wall
Street/la City. Si no se entienden los depredadores alcances unilaterales de la
desregulada globalización neoliberal, puede sonar descabellado que una
sola empresa especulativa de “fondos de cobertura de riesgos” (hedge
funds) Elliot Capital Management/NML Capital, que busca recuperar 182
millones de dólares de deuda argentina mediante los ignominiosos “fondos
buitre” (vulture funds) que adquirió antes de 2002, gracias a una
sentencia muy leonina del “juez” Thomas Griesa –muy locuaz y
vituperante para su investidura– de un distrito de Nueva York,
haya sido capaz de poner en jaque a Cristina Fernández, lo cual puede
concluir en su “mate” el 15 de diciembre por incumplimiento de
pagos que el enjuiciador obsequió dadivosamente en mil 330 millones de
dólares
Suena inverosímil en el siglo XXI (que rememora los embargos
coloniales pasteleros del XIX), que Elliot Capital Management/NML con
activos por 15 mil millones de dólares pueda arrodillar a la tercera
economía de América Latina (PIB medido por poder adquisitivo: 716 mil
500 millones de dólares y un per cápita de 17 mil 700 dólares),
salpicada por el insólito embargo precautorio del barco Libertad de su Armada en Ghana. Elliot Capital Management/NML Capital, con sede en las islas Caimán,
pertenece a los “fondos buitre” cuya característica consiste en comprar
deuda a precio de remate para cobrar en su totalidad al afectado. Su
polémico dueño es Paul Singer, íntimo de Israel, quien ha hecho fortuna
con estas escandalosas y dolosas transacciones.
Según The Guardian (15/11/12), los polémicos “fondos buitre” usan a
los tribunales “para reclamar centenas de millones de los países más
pobres del mundo”. Por lo visto, ahora no respetan, gracias a la
connivencia judicial neoyorquina, ni a un miembro prominente del G-20.
Argentina se volvió “paria” del financierismo israelí-anglosajón a
partir de su imperdonable incumplimiento de pagos, lo cual fue acentuado
con la temeraria nacionalización de YPF que había saqueado la
parasitaria petrolera “española” Repsol. Russia Today (12/11/12) asevera que Repsol es la petrolera de paja de
la británica BP, lo cual facilita la deglución de muchas cosas
insólitas, como otras trasnacionales “españolas” que operan en AL como
“caballos de Troya” de Gran Bretaña: Banco Santander (propiedad
real del banco británico RBS) y el periódico neoliberal El País, con
máscara socialdemócrata de una aseguradora inglesa.
Muchos se preguntarán por qué figura un distrito legal de Nueva York
en este asunto. Sucede que Bank of New York fue el fiduciario y el
contratante de la anterior deuda argentina que detonó en su previo
incumplimiento de pagos en 2001. Dos expeditas moralejas posmodernas: 1)
nunca contraer adeudos bajo jurisdicción extranjera, menos en las
plazas chacales de Wall Street y la City, y 2) a los países que
preserven aún un mínimo de “soberanía” (whatever that means) se les
aconseja con urgencia restructurar y relocalizar bajo jurisdicción local
las deudas y/o reclamos israelí-anglosajones.
Jude Webber y Robin Wigglesworth, del FT (23/11/12), ultrajan la
“reacción furibunda” de Fernández sobre el letal fallo legal en medio de
la protestas contra su gobierno en Argentina. Juzgan que en nombre de
la “soberanía económica nacional”, Fernández está dispuesta a otro juego
dramático (sic) de todo o nada”. Como portavoces del financierista chantaje vil, Webber y
Wigglesworth, en forma muy superficial y tomando en cuenta sólo los
intereses de los chacales de Wall Street/la City, consideran que
Fernández puede pagar a los tenedores 93% de la deuda de 2001
que fue restructurada en 2005 y 2010: “Argentina corre el riesgo de un
nuevo incumplimiento de pagos”.
Sacan a relucir lo que Fernández meditaba como la madre de todas sus batallas para el 7 de diciembre: la aplicación de la nueva ley de medios para poner en orden al oligopolio de Clarín (propiedad del banco de inversiones Goldman Sachs) a quien la presidenta acusa de “mentiroso”. Webber y Wigglesworth aducen que el jaque de Elliot Capital Management/NM Capital junto con el fallo del “juez” Griasa encajonaron a la presidenta Fernández.
Buenos Aires considera apelar la flagrantemente leonina sentencia
perentoria del “juez” neoyorquino mientras arremete contra los “fondos
buitre”. Hans Humes, presidente de Greylock Capital (otro hedge fund) y
anterior copresidente del comité de tenedores de bonos argentinos,
fustigó a Argentina como “país y deudor canalla (¡supersic!)” y da por
“acabada” a Fernández, a quien no le queda más que “arrojar la toalla” o
practicar la guerra de la “tierra quemada”. Como que en este delicado asunto financierista el conglomerado
israelí-anglosajón aplica los mismos términos propagandísticos que en
geopolítica contra Irak, Libia, Siria y ahora Irán. Según Webber y Wigglesworth, otro incumplimiento “intensificaría su
aislamiento del mercado internacional de capitales” que le arrinconaría a
sobrevivir con sus propios medios (algo así como una Cuba más Irán más
Gaza). El think tank FIEL (muy “fiel” a la cosmogonía neoliberal) expone que
el gasto público de Argentina se disparó a 43.5% del PIB: en
casi 200 mil millones de dólares, con el fin de reducir la pobreza y
crear empleos.
Webber y Wigglesworth vituperan el “modelo estatista (sic) económico”
(con “restricciones” de importaciones y en la compraventa de divisas)
de la presidenta argentina, el cual, por cierto, fue elogiado por Joseph
Stiglitz como paradigmático por haber disparado el crecimiento: ¡8.9% en 2011 y 9.2 en 2010! Tampoco le perdonan a Fernández haber
nacionalizado los fondos de pensiones y haber usado las reservas de
divisas del banco central para financiar sus políticas “nacionales y
populares”. Martín Redrano, anterior director del banco central
argentino, coloca la suerte de Fernández en manos de la “cosecha de
soya” que le puede perjudicar si suceden calamidades climáticas en medio
de 25% de inflación. Por ahora puede resistir con elevados
precios de soya y la alta demanda china.
Dialogando con un ex ministro de Economía de un relevante país
de Sudamérica (que exigió anonimato) comentó que contemplan dos escenarios: 1) una deliberada baja brutal especulativa del
petróleo para golpear a Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador y
Argentina, y 2) una guerra financiera multifactorial (guerra de divisas,
fuga de capitales, etc). ¡Uf! ¿Están preparados los mandatarios de
Sudamérica para confrontar la guerra financiera multifactorial que ya
empezó contra Argentina?. A mi juicio, detrás del asalto financierista “buitre” contra
Argentina se encuentra cercar a Brasil, su primer socio geoeconómico
sudamericano.
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