viernes, 21 de septiembre de 2012

La fiesta de la corrupción

En pleno ajuste, el partido de Berlusconi destinó los millones de euros que recibe del Estado a lujosas fiestas y a privilegios personales de sus dirigentes. Ninfas con togas sexy y vaporosas, dioses del Olimpo, gladiadores, centuriones romanos con armaduras y lanzas, un césar con una corona de laurel, un Ulises de barba y túnica, esclavos, criadas -a una de las cuales un centurión le toca un pecho-, cántaros llenos de vodka y mojito. El escándalo de corrupción y despilfarro de fondos públicos que sacude a Italia puede resumirse con las fotos salidas a la luz de una decadente (y kitsch) fiesta grecorromana organizada por un consejero de derecha de la región del Lazio.
En momentos en que los italianos se encuentran estrangulados por medidas de austeridad draconianas dictaminadas por el gobierno de Mario Monti para salvar el país y poner las cuentas en orden, el "Laziogate", provocó conmoción en Italia y dejó en evidencia el descontrol de los 36 millones de euros que recibe anualmente cada partido, en este caso el de Berlusconi. Después de los escándalos de corrupción en Sicilia y en Lombardía, ahora es la región del Lazio (cuya capital es Roma) la que está en el ojo de la tormenta. Su gobernadora, Renata Polverini, ahora al borde de la renuncia, se vio envuelta en un escándalo gigantesco, que amenaza con devastar el Partido del Pueblo de la Libertad (PDL), la criatura política del ex premier Berlusconi.El ex jefe y tesorero del PDL regional Franco Fiorito -apodado "Batman"- es indagado por la justicia por haberse apropiado de 800.000 euros destinados al partido.
 

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