sábado, 15 de septiembre de 2012

Día de ira antioccidental

Por Alastair Beach *
Desde El Cairo
La ola de furia antioccidental gatillada por la notoria película sobre el profeta Mahoma parecía estar tensándose anoche en el mundo musulmán, mientras los furiosos manifestantes llevaban a cabo protestas y atacaban las embajadas de Occidente. En Khartoum, las sedes diplomáticas británicas, alemanas y estadounidenses en Sudán fueron blancos de protestas y en la embajada alemana los manifestantes irrumpieron, con un saldo de tres muertos. Y en el Líbano por lo menos un manifestante resultó muerto después de que los soldados usaron balas reales para sofocar el motín. Hoy sumaban ocho los muertos en distintas manifestaciones.

La embajada alemana fue atacada cuando unos quinientos manifestantes se reunieron en la capital sudanesa para expresar su ira sobre la película hecha en California, aunque, aparte del sentimiento general antioccidental, no resultaba claro por qué eran atacados los intereses europeos. Parte del complejo fue incendiado, mientras algunos manifestantes se treparon al techo y reemplazaron la bandera de Alemania por una shahada negra, la insignia que a veces portan los conservadores religiosos, que tiene la declaración musulmana de fe.

El ministro de Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, dijo a los periodistas que nadie había resultado herido durante el ataque, pero que el embajador de Sudán había sido llamado y recordado inequívocamente del deber de su gobierno de proteger a las sedes diplomáticas. Añadió que aunque la película estadounidense era “incalificable”, no debería ser usada como una excusa para la violencia.

Hubo una segunda manifestación en Khartoum afuera de la embajada británica. Los informes sugieren que el complejo había sido atacado por los manifestantes, aunque el Foreign Office no confirmó si el edificio había sido atacado. Los manifestantes sudaneses que treparon sobre la pared de la Embajada de Estados Unidos fueron sacados antes de que entraran dentro del complejo, dijo un vocero de la embajada estadounidense. Los informes anoche sugerían que en la capital de Túnez, los manifestantes rompieron la seguridad en la embajada estadounidense.

En otras partes del mundo musulmán hubo manifestaciones después de las oraciones del viernes –luego de las secuelas de la película, que mostraban al profeta Mahoma como un mujeriego salvaje– que parecían estar en peligro de salirse de control. En el Líbano, cientos de manifestantes marcharon por las calles de Trípoli, la segunda ciudad del país, gritando cánticos contra Estados Unidos y el papa Benedicto XVI, quien inadvertidamente se vio envuelto en la vorágine por una preprogramada visita de tres días. Arrancando la bandera puesta para darle la bienvenida al Papa, los manifestantes quemaron un local de KFC y un jeep de la policía, de acuerdo con el diario libanés Daily Star. Un manifestante resultó muerto por tropas que abrieron fuego contra la manifestación.

A la vez, hubo un segundo día de choques en Yemen, donde murió una persona el jueves después de que los manifestantes entraran a la embajada de Estados Unidos. Los manifestantes llevaban pancartas que decían “Hoy es nuestro última día, embajador!”, pero fueron contenidos por la policía con carros hidrantes.

En otros lados, desde Malasia a Irak, los manifestantes fueron llamados en todos los rincones del mundo musulmán, mientras que en Nigeria, donde el gobierno había combatido contra un violento movimiento islámico insurgente, la seguridad fue reforzada en los complejos de las embajadas. Se informó que las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes en la ciudad de Jos, de Nigeria.

En El Cairo, los manifestantes combatieron contra la policía por tercer día consecutivo. La policía fue obligada a construir una pared gigante en la calle principal que va a la Embajada de Estados Unidos, para proteger al complejo de los manifestantes. Mientras los huéspedes espiaban desde sus balcones del Semiramis Intercontinental, un hotel de cinco estrellas a treinta metros de la principal línea de combate, los manifestantes treparon la pared para tirar piedras y apuntar a las fuerzas de seguridad que controlan la embajada. “Han ofendido a cada musulmán en el mundo”, dijo un manifestante, quien dijo llamarse Hossam. “En Estados Unidos tienen libertad de palabra. Pero si la usan así, entonces los llevará al desastre.”

El presidente egipcio, Mohamed Mursi, está bajo el fuego de algunos comentaristas occidentales en los últimos días por su supuesto aletargamiento para condenar la violencia que erupcionó en relación con la película antiislámica. Desde entonces emitió un pedido para que los manifestantes se abstengan de los choques, mientras una importante figura de los Hermanos Musulmanes, Khairat el Shater, también parecía interesado en suavizar la imagen de los grupos enviando una carta al New York Times condenando el ataque a la Embajada de Estados Unidos en El Cairo. Algunos manifestantes también dijeron que había otros factores en juego, como la hostilidad residual hacia la policía y la política exterior estadounidense y alemana.

* De The Independent de Gran Bretaña.

1 comentario:

  1. Bueno, si es que hicieran una pelicula sobre Jesus, la gente no se quejaria tambien? Es la misma cosa, solo que la gente le tiene un odia a los musulmanes.

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