Por Alastair Beach *
La ola de furia antioccidental gatillada por la notoria película
sobre el profeta Mahoma parecía estar tensándose anoche en el mundo
musulmán, mientras los furiosos manifestantes llevaban a cabo protestas
y atacaban las embajadas de Occidente. En Khartoum, las sedes
diplomáticas británicas, alemanas y estadounidenses en Sudán fueron
blancos de protestas y en la embajada alemana los manifestantes
irrumpieron, con un saldo de tres muertos. Y en el Líbano por lo menos
un manifestante resultó muerto después de que los soldados usaron balas
reales para sofocar el motín. Hoy sumaban ocho los
muertos en distintas manifestaciones.
La embajada alemana fue atacada cuando unos quinientos manifestantes
se reunieron en la capital sudanesa para expresar su ira sobre la
película hecha en California, aunque, aparte del sentimiento general
antioccidental, no resultaba claro por qué eran atacados los intereses
europeos. Parte del complejo fue incendiado, mientras algunos
manifestantes se treparon al techo y reemplazaron la bandera de Alemania
por una shahada negra, la insignia que a veces portan los conservadores
religiosos, que tiene la declaración musulmana de fe.
El ministro de Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, dijo a los
periodistas que nadie había resultado herido durante el ataque, pero
que el embajador de Sudán había sido llamado y recordado inequívocamente
del deber de su gobierno de proteger a las sedes diplomáticas. Añadió
que aunque la película estadounidense era “incalificable”, no debería
ser usada como una excusa para la violencia.
Hubo una segunda manifestación en Khartoum afuera de la embajada
británica. Los informes sugieren que el complejo había sido
atacado por los manifestantes, aunque el Foreign Office no confirmó si
el edificio había sido atacado. Los manifestantes sudaneses que
treparon sobre la pared de la Embajada de Estados Unidos fueron sacados
antes de que entraran dentro del complejo, dijo un vocero de la embajada
estadounidense. Los informes anoche sugerían que en la capital de
Túnez, los manifestantes rompieron la seguridad en la embajada
estadounidense.
En otras partes del mundo musulmán hubo manifestaciones después de
las oraciones del viernes –luego de las secuelas de la película, que
mostraban al profeta Mahoma como un mujeriego salvaje– que parecían
estar en peligro de salirse de control. En el Líbano, cientos de
manifestantes marcharon por las calles de Trípoli, la segunda ciudad del
país, gritando cánticos contra Estados Unidos y el papa Benedicto XVI,
quien inadvertidamente se vio envuelto en la vorágine por una
preprogramada visita de tres días. Arrancando la bandera puesta para
darle la bienvenida al Papa, los manifestantes quemaron un local de KFC y
un jeep de la policía, de acuerdo con el diario libanés Daily Star. Un
manifestante resultó muerto por tropas que abrieron fuego contra la
manifestación.
A la vez, hubo un segundo día de choques en Yemen, donde murió una
persona el jueves después de que los manifestantes entraran a la
embajada de Estados Unidos. Los manifestantes llevaban pancartas que
decían “Hoy es nuestro última día, embajador!”, pero fueron contenidos
por la policía con carros hidrantes.
En otros lados, desde Malasia a Irak, los manifestantes fueron
llamados en todos los rincones del mundo musulmán, mientras que en
Nigeria, donde el gobierno había combatido contra un violento movimiento
islámico insurgente, la seguridad fue reforzada en los complejos de las
embajadas. Se informó que las fuerzas de seguridad abrieron fuego
contra los manifestantes en la ciudad de Jos, de Nigeria.
En El Cairo, los manifestantes combatieron contra la policía por
tercer día consecutivo. La policía fue obligada a construir una pared
gigante en la calle principal que va a la Embajada de Estados Unidos,
para proteger al complejo de los manifestantes. Mientras los
huéspedes espiaban desde sus balcones del Semiramis Intercontinental, un
hotel de cinco estrellas a treinta metros de la principal línea de
combate, los manifestantes treparon la pared para tirar piedras y
apuntar a las fuerzas de seguridad que controlan la embajada. “Han
ofendido a cada musulmán en el mundo”, dijo un manifestante, quien dijo llamarse Hossam. “En Estados
Unidos tienen libertad de palabra. Pero si la usan así, entonces los
llevará al desastre.”
El presidente egipcio, Mohamed Mursi, está bajo el fuego de algunos
comentaristas occidentales en los últimos días por su supuesto
aletargamiento para condenar la violencia que erupcionó en relación con
la película antiislámica. Desde entonces emitió un pedido para que los
manifestantes se abstengan de los choques, mientras una importante
figura de los Hermanos Musulmanes, Khairat el Shater, también parecía
interesado en suavizar la imagen de los grupos enviando una carta al New
York Times condenando el ataque a la Embajada de Estados
Unidos en El Cairo. Algunos manifestantes también dijeron que había otros factores en
juego, como la hostilidad residual hacia la policía y la política
exterior estadounidense y alemana.
* De The Independent de Gran Bretaña.
Bueno, si es que hicieran una pelicula sobre Jesus, la gente no se quejaria tambien? Es la misma cosa, solo que la gente le tiene un odia a los musulmanes.
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