miércoles, 16 de marzo de 2011

El paraíso perdido




La Atlántida, el paraíso perdido que describió Platón y que desapareció tras un gran maremoto, podría estar en España, según una investigación que comenzó hace cinco años con fotos satelitales. Los textos de Platón la sitúan frente a las Columnas de Hércules, lugar atribuido al estrecho de Gibraltar que señalaba el límite del mundo conocido, y la describen como una isla más grande que Libia y Asia juntas.

Durante años, científicos y aficionados a la arqueología se han adjudicado su hallazgo. Uno de los más recientes, fue un ingeniero de Reino Unido, quien en 2009 dijo haberla encontrado usando el Google Ocean y el Google Earth, pero resultó ser un mapa del suelo oceánico. Sin embargo, luego de dos años de investigación, un equipo internacional en el que participó el profesor Freund de la Universidad de Hartford cree que ha localizado la isla perdida en el parque nacional de Doñana, en Cadiz. “Hemos descubierto un patrón geológico que no suele encontrarse en la naturaleza”, aseguró y explicó que la estructura y disposición de las grandes rocas detectadas demuestra que ha habido intervención del hombre y podrían ser los restos de la antigua isla. La investigación cuenta con el apoyo de National Geographic y ha sido seguida por el canal especializado en ciencia, que ha recreado el descubrimiento en un documental difundido en Estados Unidos desde ayer.
En 2003, un equipo de científicos alemanes, dirigidos por Wickboldt, descubrió en imágenes satelitales del mar Mediterráneo, unas estructuras rectangulares y varios anillos concéntricos que coinciden con las descripciones de la isla. Específicamente llamó la atención una de la marisma de Hinojos: allí hay dos estructuras rectangulares y los restos de varios anillos concéntricos que las habrían rodeado, tal y como indicó Platón en “Timeo” y “Critias”. Usando esta descripción como guía y las fotografías satelitales de lo que parece una ciudad sumergida al norte de Cádiz, sudoeste de la península ibérica, Freund y el equipo trató de localizar esa isla que tenía 925 metros de diámetro y estaba rodeada por estructuras circulares, de tierra y de agua.
Para determinar las coordenadas de la isla, que según los historiadores fue sepultada bajo el agua por una inundación provocada por un tsunami, han utilizando una combinación de tecnología submarina, radar de profundidad del suelo y cartografía digital. El equipo de arqueólogos e historiadores se centró en las mediciones terrestres y marcaron el lugar donde excavar, hicieron análisis con carbono y confirmaron que en las capas correspondientes a la Edad de Bronce hay señales de que hubo una violenta tormenta o un tsunami en la zona. Otro de los equipos, liderado por los profesores de la Universidad de Huelva (España) Juan Antonio Morales y Claudio Lozano se centró en la medición de las formaciones geológicas que podrían pertenecer a la zona de la antigua bahía de Tartesos. Además, los análisis de radiocarbono hechos en Madrid y en Miami (Florida) indicaron que la fecha límite para que hubiera habido un asentamiento en el parque nacional de Doñana es el 2.500 antes de Cristo, que coincide con la aproximación hecha por los historiadores.
El científico alemán Wickboldt apuntó en su investigación que podría ser que los griegos confundieron el vocablo egipcio “costa” y lo tradujeran como “isla” al transmitir la historia a las generaciones siguientes, lo que confirmaría este descubrimiento. “Jorge Bonsor, quizás el arqueólogo más importante de España de principios del siglo XX ya estuvo buscando en la década de 1920 en el parque de Doñana la Atlántida por lo que éste era un lugar famoso para buscar un sitio famoso”.

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