viernes, 19 de julio de 2013

La red no es segura

GCHQ es el mayor centro de ciberespionaje del mundo

Presentamos el GCHQ, Government Communications HeadQuarter, el cuartel general del espionaje en la red del Reino Unido, el Gran Hermano inglés. Considerado como incluso más intromisorio que el centro de datos de Utah de la NSA americana. Ni un solo bit se mueve en la red sin que este monstruo lo clasifique, lo agrupe y escupa el resultado. Todo un templo a la represión.

En el verano de 2011 el GCHQ había colocado interceptores en más de 200 líneas de fibra óptica. La información es cargada por 200 conductos de fibra óptica, y cada uno transmite un promedio de alrededor de 10 gigabits por segundo lo cual proporciona 21,6 petabytes al día.

Capacidad de almacenamiento
La instalación almacena los contenidos que le llegan por tres días, y los metadatos 30 para elaborar sus análisis. Los tres días de contenidos son, obviamente, el mayor dolor de cabeza en cuestiones de almacenamiento, ocupando aproximadamente 64,8 petabytes, pero los metadatos también acumulan una cantidad sorprendente de espacio.
Consideraremos que los metadatos constituye alrededor del 4 por ciento de todo lo almacenado para la mayoría de archivos de escritorio, imágenes, etc. Como el GCHQ almacena los metadatos durante 30 días, eso es otro 25,9 petabytes de almacenamiento. En definitiva, estamos ante 90,72 petabytes de almacenamiento, que es mucho. Tomando un valor de 12p [16cent] por gigabyte significa que la factura mensual de almacenamiento del GCHQ oscila alrededor de las £11.415.217 libras al año.

Mujeres de treinta siglos

Por Arturo Perez Reverte, La Nación

Cambian los tiempos y las gentes. Cambia nuestra forma de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos. A menudo esos cambios son para bien, y nada ha de objetarse a ellos. Otras, no del todo. No es tanto el bien que nos aportan, quiero decir, a cambio de lo que arrastran consigo. Hay cosas buenas que llevan implícitos sus daños colaterales propios. Sus estragos particulares. Y de todos los grandes cambios de nuestro tiempo, el de la situación de la mujer en la sociedad que aún llamamos occidental es, seguramente, uno de los más notables. De los más extraordinarios. He dicho y escrito alguna vez que las mujeres son el sujeto más interesante, el que mayores sorpresas aportará a este siglo XXI en el que aún nos encontramos, prácticamente, desayunando. En lo narrativo, por ejemplo, literatura, cine o televisión, a la hora de contar historias o plantear situaciones, la mujer es el personaje más prometedor. El que mayor juego dará en el futuro. Hablo de mujeres protagonistas por ellas mismas, enfrentadas a sus desafíos específicos, a sus territorios hostiles. A sus íntimas o públicas victorias y derrotas.

jueves, 18 de julio de 2013

Un nuevo mito llamado Francisco

De las canchas de fútbol a la portada de Vanity Fair, el mundo amplifica los gestos del papa

Por Federico Kukso 

El 13 de marzo de 2013 se abrieron las cortinas del balcón de la Basílica de San Pedro en el Vaticano y nació un nuevo héroe argentino. Sin las habilidades hipnóticas del gambeteo de un futbolista cargado de talento, sin la embriaguez revolucionaria de un médico devenido guerrillero y sin el timbre de voz de un zorzal criollo, Jorge Mario Bergoglio –ex técnico químico nacido en el barrio porteño de Flores y hasta entonces arzobispo de Buenos Aires– en un solo acto transmutó de un simple hombre en algo más que humano, en un ídolo, aunque no en la acepción light de esta palabra que usamos todos los días sino en aquella que refiere a una “figura de un dios al que se adora”, a la que se le rinde culto ciegamente. En un solo instante, el panteón nacional que engalana la mitología argentina –Gardel, el Che, Evita, Maradona, Messi– se amplió, sumó un nuevo integrante, como si el ADN argentino –una entidad tan real como el unicornio– probara tener algo especial. Otra vez.

No importaron las distancias, los doce mil kilómetros que separan al Vaticano de la Argentina: dos fuerzas extremas y durante décadas vapuleadas en silencio, el fanatismo religioso y el nacionalismo, se combinaron alrededor del nuevo CEO de la institución –corporación– más antigua del mundo, la Iglesia Católica. No importa si se es católico, ateo, agnóstico, seguidor de otras religiones o extraterrestre: nadie puede negar el fenómeno social complejo desatado a nivel mundial y local desde aquel día, desde aquel momento por el nombramiento del primer papa argentino, el papa Francisco. 

La muralla de Tijuana

Marco A. Gandásegui

La muralla que separa a los pueblos de México y EEUU es un indicio de la esquizofrenia que se ha apoderado de la expansión capitalista y la severa crisis de acumulación de riqueza que afecta al país del norte. Nunca antes en la historia humana se construyó una muralla tan larga y costosa para no detener el flujo de trabajadores. La muralla china se levantó hace tres milenios para frenar las invasiones militares de los “bárbaros”. La muralla de Berlín se construyó para controlar el ‘dumping’ económico. La muralla que los israelíes extienden por los territorios ocupados de Palestina es para destruir la resistencia del pueblo árabe.

La doble muralla que EEUU construye desde el Pacífico al Caribe –3 mil kilómetros- es para demostrarle a su vecino del sur su enorme poderío. Sin embargo, es penetrada diariamente por miles de trabajadores que son acogidos por empresarios hambrientos de mano de obra barata. Es un juego doble que todos aceptan a pesar de las muchas victimas que genera todos los días. Niños, mujeres, hombres, viejos y jóvenes, se arriesgan en la travesía. El objetivo es conseguir un empleo que les permita retornar con ahorros a sus pueblos.

lunes, 15 de julio de 2013

CFK nombra a un represor como jefe del ejército

La Presidenta renovó a la cúpula de las FFAA, nombrando como Jefe del Estado del Estado Mayor General del Ejército al General César Milani. Y anunció un aumento salarial para el personal de las FFAA. El flamante jefe del Ejército manejará unos $ 333 millones sólo para “espionaje estratégico”, en tiempos en que no tenemos la más mínima hipótesis de conflicto, sin embargo el presupuesto del Ejército para lo que denomina "inteligencia estratégica" es el más alto desde que se reinstaló la democracia. Ese logro militar sólo pudo lograrlo el ahora flamante jefe de la fuerza y dueño de un aparato de espionaje superior al de todas las Fuerzas Federales, que dependen del Ministerio de Seguridad. Es decir más que la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura, y la Policía de Seguridad Aeroportuaria juntas, el presupuesto sólo lo supera la Secretaría de Inteligencia (Ex SIDE, hoy SI).

¿Quien es César Milani?. Milani es un hombre de la inteligencia militar, al que se vincula al "Operativo Independencia" desplegado en Tucumán antes del golpe de Estado del '76. Egresó del Colegio Militar ese  año y, según su legajo, fue destinado al Batallón de Ingenieros 141 en La Rioja, pero en comisión en Tucumán. Por eso se lo relacionó con ese operativo represivo que ordenó el Poder Ejecutivo y que en diciembre del 76 estuvo a cargo de Antonio Bussi, procesado por delitos de lesa humanidad. Según lo informado por el programa PPT aparece involucrado en el informe de la Comisión Provincial de Derechos Humanos de La Rioja, de 1984, por el caso de la desaparición del soldado Alberto Ledo. PPT contó con el testimonio de un testigo que involucra al militar en esa desaparición. Entonces, el soldado era secretario de Milani. Ramón Olivera, que estuvo preso en La Rioja" dijo que "Milani es un represor y no tiene que estar al frente del Ejército, más allá de que, al actuar en inteligencia, él puede limpiar su legajo y quedar como si fuera Teresa de Calcula”. 

viernes, 5 de julio de 2013

Egipto: los dos bandos del ejército

Robert Fisk

El ejército está a cargo. Llámenlo golpe, si quieren. Pero el poder castrense egipcio –el tristemente célebre Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, como se le conoce nuevamente– ahora está al frente de Egipto. Primero mediante amenazas; después con armas por las calles de El Cairo, con caminos bloqueados y alambre de púas. Tropas custodian la estación de radio. Mohamed Mursi, cuando aún era presidente seguramente lo llamó golpe de Estado y alardeó su estatura moral (su legitimidad, democracia, etcétera), pero mucho antes de que viéramos soldados en la calle, Mursi pedía a los generales volver a las barracas. Ridículo. Los generales no tuvieron que dejar sus barracas para meterle temor a Dios (real y metafórico) a esta administración que se desmoronaba.

Mursi habló de derramar su sangre; al igual que lo hizo el ejército. Se puso lúgubre el asunto. Fue miserable ver a un pueblo libre aplaudir una intervención militar, si bien los opositores a Mursi afirmarían que su libertad fue traicionada. Ahora alientan a los soldados a tomar el lugar de los políticos. Ambos bandos ondean la bandera egipcia, que es roja, blanca y negra. El color caqui no es sustituto.

domingo, 30 de junio de 2013

El affaire Snowden y sus efectos colaterales

Germán Gorraiz López

La irrupción mediática de Edward Snowden, (ex-técnico de Booz Allen, sub-contrata de la CIA) confesando ser el autor material de las filtraciones a The New York Times y  The Guardian sobre el programa PRISM (espionaje de telecomunicaciones a cargo de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), habría desatado todas las alarmas en la CIA ante el peligro evidente de destapar los secretos inconfesables de los sótanos secretos del establishment.

Según The Washsington Post, la Justicia de Estados Unidos presentó de inmediato cargos de espionaje contra Snowden y a su vez pidió a las autoridades de Hong Kong que fuera detenido. Sin embargo, Snowden, con la complicidad de las autoridades chinas y acompañado de Sarah Harrison ,(ciudadana británica que trabaja como investigadora legal para el grupo Wikileaks , según la agencia Reuters), se dirigió en un vuelo sorpresa hasta la terminal de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremétyevo, al no existir en Rusia convenio formal de extradición con EEUU y donde en teoría seguiría inmovilizado.

Putin, (a pesar de los requerimientos de EEUU aduciendo claras bases legales para deportar a Snowden como tener el pasaporte revocado y la existencia de cargos contra él), habría rechazado dicha deportación indicando que no habría cruzado la frontera rusa, triquiñuela jurídica para conseguir desvincularse del problema de EEUU pero que tendrá consecuencias a posteriori que acelerarán el retorno a escenarios de Guerra Fría EEUU-Rusia.

sábado, 29 de junio de 2013

Imagen final

La cámara enfoca al militar mientras dispara. Unos segundos más tarde, cae y, boca arriba, muestra el cielo. En 1973, al camarógrafo argentino Leonardo Henrichsen le tocó grabar su propia muerte. Había ido a Chile a cubrir las tentativas de golpes previos al definitivo que dio Augusto Pinochet. Cuando se desató el levantamiento militar conocido como “el tanquetazo”, salió a la calle a registrar lo que ocurría y una patrulla militar lo fusiló. A pesar de que el rostro de su asesino había quedado registrado, nunca se conoció su identidad. Hasta muchos años después. “Era el cabo Héctor Hernán Bustamante Gómez. Para mí era muy importante ponerle nombre al asesino. Siempre decíamos: murió o lo mataron. Es bueno poner más palabras a estos hechos tan terribles”, explica Josephine Henrichsen, hija del camarógrafo, que inició una querella en Chile contra los asesinos. 

El padre de Henrichsen llegó de Suecia con su familia a principios de siglo. Leonardo nació y creció en Buenos Aires, donde se casó y tuvo tres hijos. En 1973 tenía 33 años y era camarógrafo de la televisión sueca (STV). El 29 de junio de ese año estaba en Santiago de Chile junto al periodista sueco Jan Sandquist cubriendo un posible golpe militar en Chile. Estaban en el hotel Crillón, pero el desayuno de Henrichsen fue alterado por ruidos estruendosos, raros, como el que hacen los tanques y tratándose de un corresponsal extranjero que cubría la situación político-social en Chile, salió a indagar y a registrar en su cámara Eclair 16 mm qué estaba ocurriendo a una breve cuadra del desaparecido hotel.

domingo, 23 de junio de 2013

El precio del progreso

Por Boaventura de Sousa Santos
Con la elección de Dilma Rousseff como presidenta, Brasil quiso acelerar el paso para convertirse en una potencia global. Muchas de las iniciativas en ese sentido venían de antes, pero tuvieron un nuevo impulso: la conferencia de la ONU sobre medioambiente, Río+20 (2012), el campeonato mundial de fútbol en 2014, los Juegos Olímpicos en 2016, la lucha por un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

A ello hay que sumar el papel activo en el creciente protagonismo de las “economías emergentes” (Brics: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la nominación de José Graziano da Silva para director general de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2012, y la de Roberto Azevedo para director general de la Organización Mundial de Comercio, en 2013, una política agresiva de explotación de los recursos naturales, tanto en Brasil como en Africa, especialmente en Mozambique, el impulso de la gran agroindustria, sobre todo para la producción de soja, agrocombustibles y ganado.

Beneficiado por una buena imagen pública internacional, ganada por Lula da Silva y sus políticas de inclusión social, este Brasil desarrollista se impuso al mundo como una potencia de nuevo tipo, benévola e inclusiva. Por eso, no podía ser mayor la sorpresa internacional ante las manifestaciones que en los últimos días llevaron a las calles a cientos de miles de personas en las principales ciudades del país. Mientras que frente a las recientes manifestaciones en Turquía fue inmediata la lectura sobre las “dos Turquías”, en el caso de Brasil fue más difícil reconocer la existencia de esas dos caras. Pero está a la vista de todos. La dificultad para reconocerla reside en la propia naturaleza del “otro Brasil”, un Brasil escurridizo a los análisis simplistas. Ese Brasil está compuesto por tres narrativas y temporalidades.

jueves, 20 de junio de 2013

Brasil: La voz de las calles

Eric Nepomuceno

Son días de tensión, convulsión pero también de perplejidad. Partidos aliados al gobierno y toda la oposición parecen atónitos. Un movimiento efectivamente espontáneo, nacido de pequeños grupos de estudiantes de clase media con el apoyo de partidos políticos de representación ínfima, desató, a partir de San Pablo, una ola de protestas que colmó las calles de decenas de ciudades.

Y logró, el pasado lunes, poner al menos a 250 mil brasileños protestando contra todo y contra todos a lo largo y a lo ancho del país. Desde 1992, cuando centenares de miles de jóvenes se lanzaron a las calles para exigir la salida del entonces presidente Fernando Collor de Mello no se veía nada igual.

Hay, sin embargo, diferencias fundamentales con movilizaciones multitudinarias anteriores. En 1984, millones de brasileños fueron a las calles a exigir elecciones democráticas. En 1992, lo que se exigía era que el Congreso suspendiera el mandato de un presidente comprobadamente corrupto. En ambas ocasiones, partidos políticos, líderes y dirigentes, además de movimientos sociales, se unieron para perseguir un objetivo común. Había consignas claras y los actos masivos fueron organizados. O sea, han sido movimientos orgánicos, con fuerte adhesión popular.