jueves, 10 de abril de 2014

El acuerdo con Repsol

Juan Guahán/Question

Ratificando lo sucedido en el Senado, la Cámara de Diputados aprobó el pago de lo acordado por el gobierno con REPSOL. La recompra de YPF SA a REPSOL, que se hizo mediante la expropiación del 51% de las acciones, ahora está en condiciones de perfeccionarse. Digamos que YPF, hoy, maneja un tercio del petróleo y gas que se extrae en nuestro país, refinando algo más de la mitad de la totalidad del petróleo que se extrae. A partir de este arreglo nuestro país, en su búsqueda de dólares frescos, tendrá un problema menos en los organismos financieros internacionales. Se abonará algo más de 5 mil millones de dólares, con los intereses del caso esa cifra puede elevarse hasta un monto que ronda entre 8 y 11 mil millones. Esta última cifra es algo más de lo que pedía REPSOL en el CIADI, un Tribunal internacional que comanda el Banco Mundial. Es muy generalizado el apoyo a la medida de recuperar YPF. Pero hay muchas dudas sobre lo que se sabe del acuerdo y hay denuncias sobre pagos encubiertos.

Entre esas dudas cabe citar que prácticamente no ha sido considerado el “daño ambiental”, estimado –tiempo atrás- por Axel Kicillof –actual Ministro de Economía- en unos 5 mil millones de dólares. No considerarlo no solo influye en este pago sino que es un pésimo antecedente para los acuerdos que están haciendo en la materia, con Chevron por ejemplo. No se ha considerado el vaciamiento producido en la empresa, ni la responsabilidad por la falta de inversiones. Sus valores físicos se han reducido mientras han crecido notoriamente las ganancias. Se le ha permitido girar a su matriz el 97% de las ganancias, dejando solo el 3% para inversiones. Todo ello fue motivo de señalamiento por Kicillof, cuando hizo el Informe público sobre el manejo de REPSOL en la Argentina. Si estos datos son llamativos, hay algo más preocupante aún. En el mes de febrero, junto a los anuncios sobre los avances en las negociaciones con REPSOL se informó que YPF SA le compró a la empresa norteamericana Apache sus activos petroleros, pagando por ellos 852 millones de dólares. 

Simultáneamente se hacía saber que, por la suma de 217 millones de dólares, se le entregaba a la empresa Pluspetrol SA porcentajes de participación en concesiones y contratos que habían pertenecido a Apache, incluyendo algunas áreas de Vaca Muerta. No solo merece que le prestemos atención la simultaneidad de estas operaciones. La cuestión se vuelve más inquietante si tenemos en cuenta otros antecedentes. Las negociaciones que habían existido para indemnizar a REPSOL con concesiones en Vaca Muerta. Las múltiples asociaciones existentes entre YPF SA con Pluspetrol y la estrecha relación de Pluspetrol con REPSOL en otros sitios, como Perú por ejemplo. Todo lo anterior deja el margen de duda si no se trata de una triangulación que persiga otros objetivos. La cosa se complica cuando todos los indicios, porque no hay informaciones públicas, indican que el valor recibido por YPF es muy inferior a lo estimado por las áreas concesionadas. No faltan quienes imaginan que esto puede traducirse como una triangulación que responde al acuerdo de pagarle un plus a REPSOL sin tener que asumir el costo político por hacerlo.

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