martes, 30 de abril de 2013

Por qué detestamos la cultura femenina

Gonzalo Garces

Acabo de pasar unas horas mirando Girls. Me gustaría documentar el efecto que me causó. No es aburrimiento: la serie de Lena Dunham es ingeniosa, observa cosas justas sobre las chicas neuróticas de clase alta. Lo que siento es abatimiento y hostilidad. Algo parecido me ha pasado leyendo a Maitena. Y después de reírme con el stand-up de Malena Pichot. Esas mujeres talentosas que se ríen de sus propias miserias y las nuestras merecen en principio, de parte de nosotros, varones modernos, sólo admiración. ¿No nos gustaba que Woody Allen, Seth McFarlane, Adrián Suar hicieran lo mismo con los hombres? Y sin embargo no podemos negarlo: algo también nos resulta irrespirable en esas voces femeninas.

Primera hipótesis: ciertos monólogos de la vagina nos agreden porque nos desnudan. Despojados de poder fálico, los chaboncitos de Pichot y los langas de Maitena nos muestran como no queremos vernos: ridículos, predecibles, descartables. El contestador automático del feminismo dirá: eso es lo que el humor popular masculino ha hecho siempre con las mujeres. ¿Cómo se supone que debía sentirse una mujer ante las bromas misóginas de Shakespeare, no digamos ante un sketch de Porcel? ¿Enaltecida? Pero después de todo la cultura popular muestra siempre lo más descarnado de las relaciones entre los sexos.

Desde cierta lógica, el sexo opuesto es el adversario. Denigrarlo es una necesidad: es parte de la lucha por el poder. Sólo Eros viene a interrumpir esa batalla. Por eso en cualquier conflicto la parte más débil reclamará siempre que se escuche menos la voz de Marte y más la de Venus; que se juegue menos según la lógica del poder y más según la lógica de la seducción. Durante buena parte de la historia de la civilización esa parte más débil han sido las mujeres y por eso la cultura femenina ha intentado proponer, en su propio interés, un mundo dominado por Eros. En su famoso “Hombres necios”, Sor Juana Inés de la Cruz viene a decir: no es justo que ustedes porten la lanza de Marte y nosotras tengamos sólo el espejo de nuestras alcobas. Dejen las armas en la puerta y recuéstense con nosotras. Que es, como se sabe también, lo que les propuso Circe a los marineros de Ulises.

Ahora las cosas han cambiado. El poder está más repartido y tiende a migrar de la mitad masculina del mundo hacia la femenina. Consecuentemente, tampoco son los mismos los que ejercen el culto de Venus y los que veneran a Marte. Muchos hombres se refugian bajo la falda de Venus y cada vez más mujeres se sienten a gusto en un mundo regido por la lógica del poder. Toda representación del mundo es un programa a cumplir: Girls, como antes las canciones de Alanis Morissette o el Diario de Bridget Jones, son la expresión de un género que está ganando un poder sin precedentes y por lo tanto tiene interés —como en otra época lo tuvieron los hombres— en deserotizar al mundo.

Se objetará que las chicas de Girls se ocupan día y noche de hombres. Sí, pero sólo para replantear las relaciones afectivas y el sexo en términos de poder desnudo. ¿Soy demasiado gorda para ese chico? ¿Tiene aquel suficiente dinero para interesarme por él? ¿Levanta el precio de mis acciones que salga con ese otro? En la experiencia real, estos crudos términos de intercambio coexisten con la ilusión erótica; en la serie, esa ilusión es denunciada. Eros es exiliado de todas las camas. Ahora que el terreno está despejado, que gane el más fuerte. Este planteo, que en Girls no se enuncia, pero que está implícito, es lo que hace que el varón apague el televisor con una sensación vaga, pero persistente, de hostilidad. Después de todo, sólo habla así quien se siente, en efecto, el más fuerte y dispuesto para la batalla. “¿El Papa, cuántas divisiones tiene?”, preguntó Stalin. Lena Dunham quiere saber lo mismo. Quién sabe: puede que un mundo dominado por la hembra de la especie no sea desagradable. Difícil que sea peor que el mundo patriarcal que conocimos. De cualquier manera, no es mucho lo que ha cambiado: ni siquiera la veta puritana, el odio apenas velado al cuerpo y al sexo, la dura realpolitik, esos rasgos de todo discurso revolucionario que atraviesan también a la nueva cultura femenina. Robespierre odiaba el erotismo; Malena Pichot también. Esto no es una denuncia, es una constatación: el revolucionario quizá no puede proceder de otro modo. De nuevo: Eros anula el conflicto. El orgasmo desarma. Le roba al más fuerte su victoria. Y las más fuertes son ellas.

Nota de la Administradora del blog:

Malena Pichot, a cuyo stand-up se refiere el autor de la nota, en el video, el tema es la habitual costumbre de los hombres argentinos de decir cosas lindas, feas, amables, groseras, dulces, sean piropos o groserías, nunca quedan callados al cruzarse con una mujer en la calle.

                                

4 comentarios:

  1. No creo que pueda hablarse de "cultura femenina". Me parece un desacierto. En todo caso sí de "culturas de género". Conceptualmente es más apropiado esto último (igual de apropiado que el concepto de identidades de género).
    Me encanta tu blog. Un saludo: Vigne (Vignesuara)

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  2. No creo que Maitena pinte a los hombres como descartables, veo una gran ternura en sus cuadritos, hacia ambos sexos y los encuentros y desencuentros del amor de pareja, ella misma lo dijo en varias conferencias, son..tiernos! sol

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  3. No es por parecer algo,no sé ¿e qué país es usted?¿y la maternidad?...verá en mi país también ciertos tipos de conducta se consideran machistas y nada bien vistos por ciertos varones, esos sí me parecen caballeros, pero no por ello nos hablan obsenamente...dependiendo del tipo de vestimenta,...a mime enseñaron que si quieres que te respeten(sea la cultura que sea) una también debe respetar, sino , es por ello que hasta entre nosotras vemos con malos ojos a la "mala mujer", de esa que huye de su maternidad, hace lo que le venga en gana y no save controlarse, pues que luego no se queje si es que no supo hacerce respetar...cualquier mujeriego la usaría o algún tonto caería y listo ...lo que pasa es que muchas de nosotras renunciamos a veces a grandes empleos porque...no sé , me vi como esa mujer moderna de la que tanto hablan allá en su país, no se identifica nada en mi, con excepción de buscar respeto...pero¿cómo puedo exigir yo respeto si yo tampoco lo do?, a "palabras necias oídos sordos"....
    María isabel

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  4. (No es que defienda a los varones, porque también aquí hay "chiflados", pero si una primero no aprende a ser humilde menos el varón porque es muchas veces la mamá la que llega a tener más influencia en el hijo.Yo ...si es que la vocación me lo permite, desearía ser madre pero para eso no debo buscarme a un ...mal hombre, sino a uno bueno pero no idiota, debe ser católico ...porque creo que con un protestante tendría probles, valiente, respetuoso y buen padre....el problema es que los varones buenos solo toman esa madures después de los 18(muchas veces) y en cima no tengo más que madre, divorciada ....:/...el problema de no tener padre es que una no le es fácil tratar con los varones, menos si tu tío ni siquiera se tomo el papel de sustituirlo encesio...:( pero hay 2 tipos de hijas sin padre en mi continente, las que por no ser como la madre....ap...bueno, sí quiren crecer siendo señoritas de bien y más se fían de la abuela(no digo que mi madre sea mala, solo neurótica, le afecta un poco su trabajo,`(yo escuché una ves que preferible que la mujer trabaje aunque sea haciendo cosas de "varones" a que se denigre perdiendo su "dignidad"(virginidad, , puresa, etc.Integridad)...a que trabaje de meretriz, eso para nosotras es indignante, nosé por qué dicen que las latinas somos "sensuele".Sé que soy bonita, nací bonita pero no me gusta, mi cuerpo corre peligro y yo solo quiero darme a aquel que sí quedré amar para toda la vida...NO ME QUIRO DAR ANTES Y MENOS A UNO DE ESOS SEDUCTORES QUE TE DICEN::"NoS UNE Más QUE UN PAPEL", que las "lizongeras se quejen, pero es la verdad....cuando la enamoran bien, pIERDEN:::mal si es un mal hombre y la chica una chiquillita o muchacha de casa(no me refiero a que este "encerradas", sino bien educadas ), y casi no nos da pena una "recorrida"(Tilsa LOsano...esa ni siquiera debería ser mujer, algunas actrices,si es que puedo llamarlas así más me dan pena por el tipo de gente que demuestran ser que por lo que les pasó, creemos que se lo buscaron porque así fué), a menos que haya sido un ultraje o en contra de la voluntad de la muchacha ...(físicamente nos ganan en muchos casos))
    Por tanto me atrevo a decir que esas ideas comienzan cuando al varón le meten el "vichito" de la LUJURIA y al de la mujer el de MANIPULARLO TODO POR MIEDO A PERDERLO(celosa)....si la señorita o el señor no demuestran siquiera un mínimo de humildad, no y ni siquiera se molesten en serles compañía, el orgullo es lo primero que uno debe eliminar para darse cuenta de las cosas, vamos, tampoco voy a elegir de marido a un "amanera, a un flojo,etc". Por otro lado,¿convivir?¿¿¿¿Qué seré su concubina antes que su esposa!!!¿SERÉ LA OTRA !!!, el no será realmente <>, <>, solo un novio ...¡Eso no es amor!!!, me usará carnalmente y si desea sacarme la vuelta lo hará,no digo que no pase en el matrimonio, pero la diferencia esta en que no esta verdaderamente comprometido con migo, si no se compromete a quererme o a amarme, pues no me ama, me daré y luego¡Lo perder´w??y ¿luego?, se irá con otra porque >>Lo que fácil viene fácil se va>>>,,,una cosa es estar juntos porque es la <>.Y la mujer por la fiebre de amor se le da, como si nada, o pide que esten juntos pero,pierde más de lo que cree ganar..¡qué clase de feminismo es ese??¡Dónde te respetas?¿acaso no eres más libre siendo de nadie?, pues no te des, porque casados los dos son de ambos, eso es amor, lo otro es una atracción o enamoramiento.
    17 años,Perú ¡Viva el Papa!!!
    MArÍA iSABEL aLEJANDRA...ADEMÁS UNA MUJER DE VERDAD SI DE VERDADS ES VALIENTE DEBE ESTAR DISPUESTA A DAR LA VIDA POR SUS NIÑOS Y LO QUE SEA PARA PPROTEGERLOS, EDUCARLO Y CUIDARLO EN LA FE Y AMOR REALES....¿POR QUÉ LOS MATAN?

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