Mientras se espera la exhumación de los restos de Pablo Neruda, trascendieron las declaraciones de una enfermera que lo
asistía durante su convalescencia por un cáncer de próstata en su casa
de Isla Negra. También de su chofer, cuyo testimonio convenció al
abogado del Partido Comunista que el año pasado presentó la querella por
asesinato.
Neftalí Reyes, más conocido como Pablo Neruda, será exhumado de su tumba frente al mar de Isla Negra, ante la atónita mirada
de los chilenos que a 40 años de su muerte no se convencen de las
contradicciones que asoman sobre su deceso, el 23 de septiembre de 1973,
doce días después del Golpe de Estado. Hasta ahora, la versión oficial
aceptada por todos era que el Premio Nobel de Literatura 1971 falleció
de un cáncer de próstata agravado por la insurrección militar que
derrocó al gobierno del presidente socialista Salvador Allende. Pero
Eduardo Contreras, abogado del Partido Comunista que presentó el año
pasado una querella por asociación ilícita y homicidio del autor de las
"Odas elementales", contó a la prensa que en mayo de 2011 recibieron el
testimonio de Manuel Araya, chofer de Neruda, y "nos convencimos de que
su versión era verdadera".
"Mataron
al poeta, le inyectaron aire", fue el comentario que corrió por los
pasillos de la Clínica Santa María tras conocerse el deceso de Pablo
Neruda, declaró ante el juez Mario Carroza, una de las ex enfermeras del
recinto asistencial. El abogado Eduardo Contreras explica que entre
aire y gas "no hay mucha diferencia para la época" y recordó que ya
estaba en Chile el doble agente de la CIA y la DINA, el norteamericano
Michael Townley, en cuya casa en Chile el químico Eugenio Berríos
experimentaba con gases para inocular en
opositores a la dictadura
militar (1973-1970). Berríos aparece involucrado en la muerte del ex
presidente Eduardo Frei Montalva en la misma Clínica Santa María, en
enero de 1982.
Pero Contreras también apuntó a las
contradicciones sobre su muerte. De acuerdo al certificado de defunción
extendido por los médicos de la clínica, Neruda murió de una caquecsia
producto del cáncer a la próstata, pero el 24 de septiembre la prensa
informó que el Premio Nobel de Literatura 1971 falleció de un infarto
producto de un calmante que le inyectaron. La Clínica Santa María no ha
entregado la lista de funcionarios que trabajaban en esa época en el
lugar ni tampoco tiene la ficha médica del vate. Lo mismo ocurre con la
Clínica Alemana, donde el poeta se hacía los chequeos médicos. Pero
además, el médico Sergio Drapper, contó a la prensa en marzo de 1975 que
él fue la última persona que vio a Neruda y que ordenó le colocaran
Dipirona para calmar sus dolores.
Sin embargo, después alude a
otro médico Price, quien no aparece en registros médicos. Finalmente,
una sobrina de Matilde Urrutia, la esposa de Neruda, concurrió a
declarar voluntariamente para reconocer que Neruda la visitaba
frecuentemente, lo que no se condice con que el poeta estuviera
moribundo, apuntó Contreras. Las contradicciones llevaron al
juez Mario Carroza a ordenar la exhumación de los restos de Neruda para
constatar si hubo intervención de terceros, si hay presencia de
sustancias químicas. Para Contreras, si aún por los traslados no
pudieran encontrarse evidencias físicas, ellos continuarán con la acción
judicial porque, a su juicio, hay presunciones fundadas de que "el
poeta fue asesinado".
El testimonio del chofer
Por
su parte, Manuel Araya, chofer de Pablo Neruda en el último año de su
vida, declaró a la prensa sentirse "orgulloso de haber llegado a esta
meta que me propuse, que me costó mucho dolor y una pena que no he
podido superar por este crimen tan alevoso del Premio Nobel". Hoy, con
66 años, Araya dio la alarma de que el poeta no había muerto como
consecuencia del cáncer a la próstata que lo aquejaba y que lo obligó a
dejar su puesto de cónsul en París y regresar a Chile para terminar su
libro "Confieso que he vivido".
Araya jura: “Lo único que quiero antes de morir es que el mundo sepa la verdad”. Y su verdad es que el poeta recibió una inyección letal en el estómago que le provocó el paro cardíaco en la Clínica Santa María, en Santiago, donde estaba internado desde el 19 de septiembre de 1973. De ser cierta la versión, Neruda no sería la única víctima de la dictadura fallecida en circunstancias sospechosas en un sanatorio. También en la Clínica Santa María (según un peritaje de 2006), en 1982 se envenenó al ex presidente Eduardo Frei Montalva, haciendo pasar su muerte por una complicación post-operatoria.
Araya jura: “Lo único que quiero antes de morir es que el mundo sepa la verdad”. Y su verdad es que el poeta recibió una inyección letal en el estómago que le provocó el paro cardíaco en la Clínica Santa María, en Santiago, donde estaba internado desde el 19 de septiembre de 1973. De ser cierta la versión, Neruda no sería la única víctima de la dictadura fallecida en circunstancias sospechosas en un sanatorio. También en la Clínica Santa María (según un peritaje de 2006), en 1982 se envenenó al ex presidente Eduardo Frei Montalva, haciendo pasar su muerte por una complicación post-operatoria.
De extracción humilde, Araya conoció a Neruda a los 14 años como militante de las Juventudes Comunistas pero sólo a los 26 fue destinado a ser su guardaespaldas y chofer. Aunque durante mucho tiempo contó que al poeta lo habían matado, sólo hace dos años su versión se hizo creíble a la luz también de otras extrañas muertes ocurridas bajo la dictadura militar (1973-1990). "En este momento me siento orgulloso de haber llegado a esta instancia, de que me hayan escuchado, pero tengo mucha pena todavía y espero superarla en los próximos 90 días que es lo que van a demorar los resultados" de la nueva autopsia a Neruda tras la exhumación que se va a hacer el lunes 8 de abril, señaló desde su casa en San Antonio, el puerto ubicado a 100 kilómetros de Santiago. "Me siento orgulloso del privilegio que tuve de trabajar con Pablo Neruda, un Premio Nobel, que a muchos les hubiera gustado estar cerca de él, porque era un hombre muy simpático e inteligente y me hubiese gustado que las nuevas generaciones aprendieran más de su legado", añadió.
Aspira a que nazca otro Neruda, "este
niño que no es de plata y que llegó a esta altura tan grande, que a los
17 años abandona su pueblo de Temuco y busca nuevos horizontes. Yo creo
que van a pasar muchos escritores, poetas, pero como Neruda tan
inteligente, que no dejó a nada que no le escribió, al árbol, al aire,
al mar, al caldillo de congrio. Me emociona el tema de Neruda, tuvimos
una relación muy cerca. Como de padre a hijo, me aconsejó mucho. Yo
también soy hijo de campesino y no soy de plata", dice con voz quebrada.
Fuente: ANSA, Revista Ñ Clarín 04/04/2013
Fuente: ANSA, Revista Ñ Clarín 04/04/2013
Espero que al autopsia revele datos, que aclaren si fue asesinado o no. Yo personalmente, antimilitarista como soy, no me creo un gramo del estamento militar, y no dudo que pudo morir a manos asesinas.
ResponderEliminarSaludos desde España donde Pablo, es muy admirado y respetado... salvo por la rancia derechona que nos toca ahora, claro está. =.0