La muerte o mejor dicho el asesinato de Osama Bin Laden me trae varias reflexiones. ¿El accionar del gobierno de Estados Unidos no es terrorismo? Tengo entendido que cuando un estado no actúa ajustado a derecho es terrorismo de Estado. Los estados democráticos deben juzgar y llevar a prisión a quienes cometan delitos. ¿No están para eso las cárceles?. Repudio los actos terroristas cometidos en Estados Unidos, Madrid o Argentina, pero da pavor los asesinatos organizados por los Estados. Impresiona que los ciudadanos estadounidenses lo vean como natural y salgan a festejar la muerte. Está comprobado históricamente que la muerte de un líder no significa la resolución de conflictos y es la excusa perfecta para revanchas. Hillary Clinton habla de "celebración", celebran la muerte y en el mismo discurso habla de progreso y derechos universales. Lo ocurrido se asemeja a la ley del Talión, antiguo principio de proporcionalidad de la venganza. ¿Que impresión daría al mundo si Libia enviara un misil a la residencia de Obama y murieran sus hijas. Un horror, el mismo horror que da la muerte de los nietos del líder libio. Otra reflexión: ¿será casual que la intervención en Libia y la muerte de Bin Laden, ocurra en tiempos de las revueltas democráticas de Medio Oriente?. ¿Querrán quitar protagonismo a pueblos que quieren quitarse de encima a unos y a otros?. Quiero decirles señores que esos procesos son imparables. Son tantas las preguntas. Supongo que en días venideros, podré corroborar o corregir impresiones. Pero no hay respuesta, al impacto que causa el servilismo y la naturalidad con que se toma en el mundo el accionar de Estados Unidos. Y que sea en nombre de los Derechos Universales es un insulto a la inteligencia. Es probable que estas opiniones no sean políticamente correctas, en días en que celebran la muerte de un hombre y se mantiene indiferencia ante el asesinato de niños. Amo y señor, dueños de la vida y de la muerte. ¿Será esto el progreso?.
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