En momentos que los teóricos califican a esta etapa de la humanidad
como la primacía del capitalismo extractivista, China es el que más invierte en Argentina en hidrocarburos y
alimentos, típicas manifestaciones de actividades extractivistas. En el
2009 China ocupaba el puesto 29 de los inversores extranjeros, ahora es
el tercero, con inversiones en las 23 provincias. Para mantener sus tasas de crecimiento al nivel del 10% anual, como
lo está haciendo en los últimos años, China necesita de los recursos
que tienen el continente africano y América Latina. Evidentemente tiene por estrategia controlar el suministro de las materias primas
necesarias para alimentar a su población que representa el 20% del total
de la humanidad. No son pocos los que observan con recelo estas
inversiones dada la tradición china en materia laboral y de respeto
medioambiental. Es por estas razones que muchos ven, particularmente en
África, a las inversiones chinas como una reedición de lo que ocurriera
hace muchas décadas atrás con los ingleses y hablan del neocolonialismo
chino.
Durante el año pasado China invirtió fuera de sus fronteras unos 45
mil millones de dólares, cerca de 16 mil millones en América del Sur.
El 40% de las inversiones tuvieron por destino la economía Argentina.
Cerca del 60% fueron a parar a Brasil y 0,12% a Chile.
Energía, recursos naturales y alimentos fueron el destino absolutamente
mayoritario de esos fondos. En materia alimenticia hay varios datos significativos. En Río
Negro acordó producir soja y maíz en 200 mil hectáreas cedidas por esa
provincia e irrigadas artificialmente; en Corrientes, Chaco y Misiones
tendrán cultivos de arroz, trigo y girasol. En las provincias pampeanas
su objetivo es conseguir cereales, aceite y biocombustibles, ganado
vacuno y porcino.
En materia petrolera tiene un papel gravitante en la Pan American
Energy, que tiene largas concesiones para explotar el Cerro Dragón
–principal yacimiento petrolero del país- y se está asegurando la
presencia para las exploraciones petroleras en alta mar. Sus inversiones mineras, cuestionadas desde el punto de vista
ambiental, son muy importantes en la zona andina, particularmente en la
Provincia de La Rioja. En Tierra del Fuego, en compensación por la
instalación de una futura planta para la producción de urea, han logrado
un extenso y muy resistido subsidio para el aprovisionamiento de gas. Su presencia en la principal línea de transporte ferroviario del
país, el Belgrano Cargas, tiene que ver con el traslado -hacia los
puertos- de granos y minerales.
Juan Guahán, Question Latinoamérica
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