“Cuando escuché ese nombre, Cinecittà, sentí que ésa era la casa
 que quería habitar” confesó Federico Fellini. Conoció Cinecittà en 
1938, mientras era periodista. Filmó allí su primera película – Los 
inútiles (1953)– pero se enamoró del Teatro 5 cuando, en 1959, para La 
dolce vita reconstruyó allí la via Veneto de Roma. “Para mí, desde ese 
momento, Cinecittà reemplazó al mundo”, admitió Fellini, quien se 
permitió recrear una via Veneto plana, sin las pendientes sinuosas de la
 calle real. Filmó allí 8 y 1/2  (1963), Giulietta de los espíritus  (1964), Amarcord  (1973), Y la nave va  (1982), entre otras. La
 última vez que Fellini estuvo en Cinecittà fue el día después de su 
muerte. El 2 de noviembre de 1993 fue velado bajo una escenografía de 
cielo azul en su Teatro 5. 80 mil personas pasaron a despedirlo.

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