El verano 2012 será inolvidable para la bella sheika
Mozah, la elegante esposa del emir de Qatar: su marido le acaba de regalar, por 700 millones de euros, la
famosísima maison Valentino, símbolo del "made in Italy". El verano -marcado a fuego por la recesión, el desempleo, las bolsas en picada y el pánico por el quiebre de la eurozona-, también será inolvidable porque Europa parece estar en venta, y a precio de saldo. Fondos soberanos chinos, rusos, árabes, indios y de
otros países en crecimiento, que no fueron tan afectados por la terrible
crisis económica que estalló en 2008, pusieron su mira en las viejas joyas de
esta atribulada Europa.
En Inglaterra, el jeque Hamad bin Jassim al-Thani se
quedó con una cuota de la London Stock Exchange, de los supermercados
Sainsbury y del banco Barclays, al margen de las históricas
tiendas Harrods. Las garras del emir también
llegaron a Francia, donde compró las operaciones turcas y luxemburguesas
de Dexia, el banco francobelga víctima de la crisis de deuda que jaquea a Europa. Hace unos meses, el jeque se hizo del 1% de LVMH, el
coloso mundial del lujo, dueño de Louis Vuitton. El mercado del arte no
estuvo exento. Los jugadores de cartas de Paul Cézanne fue
adquirido por la familia real por 191,6 millones de euros, un nuevo
récord.
"El mundo ha cambiado. Los países productores de
petróleo y materias primas conquistaron una gran ventaja económica en
2007. No por nada sus fondos soberanos, antes propensos a invertir
solamente en títulos estadounidenses, ahora están listos para diversificarse, impulsados por los ingentes patrimonios", explicó el responsable de estudios jurídicos de Consob (ente regulador de la Bolsa italiana). Fiel reflejo de esta nueva situación, los "nuevos
ricos" detentan cuotas en un tercio de las empresas que cotizan en
Piazza Affari, como se denomina la Bolsa de Milán. "El mundo ha cambiado
y no podemos pensar que estos cambios sean temporales, solamente
debidos a la crisis". Más allá del evidente movimiento
del poder económico hacia Oriente, la crisis de la eurozona ha abonado
el terreno para las inversiones, que no sólo apuntan a la moda y el
lujo, sino a sectores estratégicos.
De hecho, de no haber tenido que someterse a un
rescate, Portugal no habría privatizado su empresa de electricidad,
Energias do Portugal, abriéndoles sus puertas a Qatar (2%) y a
China, que compró
más del 20%. Qatar tampoco se habría metido en con el 6,19% en la
española Iberdrola, la mayor empresa de energía eólica del mundo. Los
Emiratos Arabes, por su parte, aprovecharon la crisis para comprarle a
la francesa Total el 49% de Cepsa (segunda empresa petrolífera
española), que se sumó al 47% que ya tenía en sus manos.
En la colapsada Italia, por otro lado, el fondo
soberano de Abu Dhabi compró en 2010 una cuota del 6,5% de Unicredit -el
mayor banco de la península-, en dificultad, que también le cedió este
año otro 5% al fondo ruso Pamplona. Y los millonarios de la ex URSS, al
margen de interesarse en el fútbol europeo, también apuntan ahora al
sector petrolero: en marzo un magnate amigo de Vladimir Putin adquirió,
en Bélgica, una refinería que estaba entre las cinco más importantes de
Europa.
Aunque son los chinos los compradores más compulsivos
en el Viejo Continente, que se ha convertido en el primer destino de sus
inversiones en el exterior, según la consultora A Capital. De hecho, un
grupo chino, HNA, con capitales en aviación, transporte marítimo y
hoteles, va a comprar el 20% de la española NH y está listo a invertir
otros 4450 millones de euros (40.000 millones de yuanes) en Europa y
Estados Unidos, según Bloomberg.
"Estoy lleno de empresarios de la India que me envían
sus «shopping lists»." Buscan fábricas para
luces de autos, componentes para la producción de motores, productos
farmacéuticos como cremas para la piel, empresas que producen software
para los bancos, no de dimensiones enormes, sino con entre 50 y 100
millones de euros de ganacias", admitió un consultor de empresas. Pero los inversores venidos de Oriente (árabes, chinos,
indios) no son lo únicos sedientos de negocios en esta Europa "de
liquidación". También el multimillonario mexicano Carlos Slim comenzó
hace tiempo a hacer shopping. Se quedó con el 3,2% del grupo español
Prisa, tiene una cuota en Telekom Austria y apunta al 28% de la
holandesa KPN... Slim, el hombre más rico del mundo, no quiere perderse
los saldos europeos.
"La disputa en la que Merkel se atrinchera en no imprimir moneda por parte del BCE, ni comprar deuda europea, se explica ya no tanto por la crisis sino por lo que implica política y culturalmente.
ResponderEliminarImplica cotizar en bolsa, más o menos. Venderse, rifarse.
No sería tanto problema si los capitales tradicionalmente implicados siguieran ocupando sus lugares. Pero con esta crisis, lo que implica rifarse es que a la hora de los bifes van a tener que bancarse un capataz hindú, o brasileño."
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