Domingo de cine, programa perfecto para un domingo otoñal, en esta ocasión se trata de una película danesa que pone el mensaje en mostrar las consecuencias de la violencia.
Hævnen (2010), cuya traducción en danés significa venganza, se trata de una historia fuerte y atrapante. Ganó el Oscar a mejor película de habla no inglesa. Su directora es Susanne Bier, cuya anterior película es Cosas que perdimos en el fuego.
En un mundo mejor, nos cuenta la relación de amistad que se establece entre un niño de padres separados que sufre acoso escolar y un huérfano de madre que culpa a su padre de la muerte de ésta. Los dos irán desarrollando una ira interior que terminará explotando. Todo ello pese a las pacíficas enseñanzas del padre de Elías, un médico idealista que trabaja en un campo de refugiados en África y es testigo de la muerte de muchas personas en las guerras fraticidas. La película ofrece profundas reflexiones sobre el sinsentido de la violencia que a veces es evidente y otras veces sutil y las reacciones de las personas ante ella. También analiza las dinámicas de autoridad y dominación que se desarrollan en las relaciones humanas, como un juego de poder en el que el más fuerte prevalece mediante el uso consciente de su superioridad. Es para destacar los maravillosos paisajes africanos y la fotografía en general. En particular me impactó uno de los niños (Chistian) cuya mirada y actos demostraban su gran enojo con la vida. La película tiene como temas la violencia y el perdón. Conmovedora.
Hævnen (2010), cuya traducción en danés significa venganza, se trata de una historia fuerte y atrapante. Ganó el Oscar a mejor película de habla no inglesa. Su directora es Susanne Bier, cuya anterior película es Cosas que perdimos en el fuego.
En un mundo mejor, nos cuenta la relación de amistad que se establece entre un niño de padres separados que sufre acoso escolar y un huérfano de madre que culpa a su padre de la muerte de ésta. Los dos irán desarrollando una ira interior que terminará explotando. Todo ello pese a las pacíficas enseñanzas del padre de Elías, un médico idealista que trabaja en un campo de refugiados en África y es testigo de la muerte de muchas personas en las guerras fraticidas. La película ofrece profundas reflexiones sobre el sinsentido de la violencia que a veces es evidente y otras veces sutil y las reacciones de las personas ante ella. También analiza las dinámicas de autoridad y dominación que se desarrollan en las relaciones humanas, como un juego de poder en el que el más fuerte prevalece mediante el uso consciente de su superioridad. Es para destacar los maravillosos paisajes africanos y la fotografía en general. En particular me impactó uno de los niños (Chistian) cuya mirada y actos demostraban su gran enojo con la vida. La película tiene como temas la violencia y el perdón. Conmovedora.
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