viernes, 3 de diciembre de 2010

"Escribo cosas raras, muy raras"

Haruki Murakami es un personaje interesante y uno de los escritores japoneses más importantes y aclamados de la actualidad, ha publicado varios best-sellers y cuentos. En sus textos están presentes los gatos, “los perros no me interesan”; no da conferencias, no firma libros, no le interesa ser una celebridad; el gremio japonés de escritores no lo acepta, él no los reconoce; su hilo conductor es la música. La ficción de Murakami es irónica y surreal, y al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia de amor en un modo que conmueve. "Escribo cosas raras, muy raras" reconoce. Hay un juego entre realidad y fantasía. Interesante.

"Yo conocía un mundo que los demás ignoraban. Sólo a mí me estaba permitido tener acceso a un jardín secreto. Para mí, escuchar a Liszt representaba acceder a un plano superior de la existencia humana… Conforme la iba escuchando surgía una espiral y, de esa espiral, surgía otra distinta. Y la segunda espiral se entrelazaba con una tercera. Y esas espirales, vistas con los ojos del presente, poseían una cualidad conceptual y abstracta”…
(Al Sur de la Frontera, al Oeste del Sol)

En el título de esta novela, Murakami, hace referencias a la música, es una canción de Nat King Cole, que para los protagonistas tiene un significado especial. El protagonista es Hajime, un hombre que narra su vida desde su infancia, en la adolescencia se refugia en su amistad con Shimamoto, una chica de su edad, con quien comparte momentos inolvidables. Sin embargo, el tiempo y la distancia lo separa de su amiga. Hajime vive una existencia relativamente feliz -está casado, es padre de dos niñas y dueño de un club de jazz- cuando reencuentra a Shimamoto, la atracción renace  y todas sus estructuras se tambalean sin remedio. Una historia de amores perdidos, que destila la sensación de desajuste con el mundo que acucia al hombre de hoy. El personaje de Hajime tiene componentes autobiográficos. Por ejemplo: es dueño de un club de jazz. Murakami, amante de la música, también abrió en los años 70 su propio bar de jazz en Tokio.