El fundador de Wikileaks, actual pesadilla de los poderosos
Julian Assange |
Su batalla contra los poderosos nació del activismo hacker, activismo político focalizado que le costó en su adolescencia un enfrentamiento con la justicia, el resultado fue una multa insignificante. Assange vive en fuga, en un mundo de secretos. Es un hombre escurridizo, no le queda otra. Cambia de domicilio, constantemente, desplazando también a su equipo. Las comunicaciones que realiza por correo electrónico o por teléfono están encriptadas. La web que fundó en 2006, se ha convertido en el contenedor de las grandes filtraciones, de los secretos celosamente guardados. En un año Wikileaks ha revolucionado el panorama mediático mundial. Acaparó la atención mundial en mayo pasado con el vídeo de una brutal matanza de civiles en un suburbio de Bagdad. Ahora llegan los papeles de las Embajadas, con los que pone al desnudo la política exterior estadounidense, desmontado el teatro y enseñándonos la mano que mueve las marionetas.
Secretos y fugas. Dos constantes en su vida. Leaks significa fuga. Cauto hasta rozar la paranoia, es difícil saber si se trata de un héroe del periodismo desafiando el cinismo del mundo o un idealista naif. Héroe o villano, es evidente, que los rebeldes atractivos nos encantan. En una entrevista, después de la liberación de los papeles de Irak, contó que pensaba irse a vivir a Sudamérica.. Al acabar la entrevista y con la grabadora apagada, dijo: "No creas a nadie. No creas a nadie. Te estarán mintiendo".
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