martes, 3 de junio de 2014

Mujeres de confort


El término "mujeres de confort" era un eufemismo usado para describir al uso de esclavas sexuales por parte de las tropas japonesas durante la II Guerra Mundial.  "Cualquiera puede comprender que el sistema era necesario para dar descanso a la multitud de hombres tensos, endurecidos y abatidos que arriesgaban su vida bajo una lluvia de balas", declaró el alcalde de la ciudad japonesa de Osaka ante las quejas de China y Corea que reclaman disculpas por las atrocidades cometidas durante la ocupación de su territorioLos historiadores estiman que hasta 200.000 mujeres fueron forzadas a trabajar en burdeles del Ejército Imperial japonés antes y durante la guerra, de las que las tres cuartas partes murieron y la mayoría de las sobrevivientes quedaron estériles debido al trauma sufrido o a enfermedades de transmisión sexual.


La mayoría procedían de China y Corea aunque también se tiene testimonios de japonesas, filipinas, taiwanesas, birmanas. En una declaración de 1993 Japón admitió que sus militares estuvieron envueltos en estos crímenes aunque el tema es tabú como cualquier otra atrocidad cometida durante la guerra, incluso excluidos de los libros de historia del país nipón y que siguen generando polémica entre historiadores, políticos y profesores. La información ha sido silenciada y la que ha ido apareciendo fue negada categóricamente por todos los gobiernos en el país nipón y solo en los noventa se aceptó pagar pobres indemnizaciones a algunas supervivientes. 


Esto comienza cuando Japón comienza a apropiarse de China a principio de los años 30 (con la anexión de Manchuria) el ejército japonés es la fuerza más preparada y adoctrinada de toda Asia. Y tras el comienzo de la guerra con china el futuro desaparece para el soldado japonés, en cuanto la guerra avanza se les obliga a permanecer en el frente y a morir por el Emperador, sin apenas posibilidades de volver a su patria la muerte es su único destino. En esta situación el ser humano ve forzada su humanidad hasta la extenuación, por eso se suceden matanzas y violaciones como la de Nankín y como la de cualquier ciudad conquistada por el Ejército Imperial. Cuando el Imperio se expande la situación comienza a ser preocupante hasta para los altos mandos del ejército que no saben como parar estas violaciones sistemáticas, pudiéndoles causar hostilidades con países con los que no estaban en guerra. Como la prostitución estaba bastante normalizada en Japón se decide invertir en este tipo de negocios para intentar amortiguar estas ansias en los soldados.

La primera "estación de confort" se estableció en la concesión japonesa de Shanghái, las primeras mujeres eran prostitutas japonesas pero con la expansión militar, mujeres de la población local fueron obligadas a servir en estas estaciones. Muchas morirían tras jornadas de 20 horas al día prostituyéndose, además de violaciones continuadas, desnutrición, enfermedades venéreas, maltratos, abortos, suicidio, etc.  Muchas veces se trasladaba una unidad de soldados a cualquier aldea en busca de jóvenes chinas del lugar. Los japoneses le llamaban el Sanko Sakusen, política adoptada en China bajo tres premisas; matar a todos, quemarlo todo y saquearlo todo, esto incluía secuestrar y violar indiscriminadamente a las civiles locales.

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