Mariano Ferreyra, nueva joven víctima en nuestro país, con sus 23 jovenes años, desde hace 10 años se había dedicado a luchar por los más débiles. Se encontraba junto a otros militantes de izquierda apoyando a trabajadores tercerizados que reclamaban por su pase a la planta permanente y la reincorporación de los cesanteados cuando fueron atacados con palos y piedras al principio y luego a tiros por una patota sindical de la Unión Ferroviaria con apoyo de matones de la barra brava de Racing. Ver las imagen de tu agonía en la ambulancia, me hizo revivir la muerte de otros tantos jovenes como vos y como yo, jóvenes que en los años 75 y 76, compartieron sueños, estudios, romances, discusiones políticas. Ver tu agonía, me produjo mucha tristeza, fue nuevamente ver como morian los sueños y el sabor amargo era doble. Pasaron muchos años y nada ha cambiado, siguen muriendo los mejores. No puedo dejar de escribir estas líneas en tu memoria, moriste por tus buenas intenciones y es muy injusto. Lo siento, lo siento mucho, no es justo que la vida que es corta no pueda ser mejor. En esos campos de batalla, los más débiles o los más justos o los más puros son los que pierden la vida.
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