Madre hay una sola y es la lucha del pueblo argentino, que padeció durante la última dictadura, el asesinato, la tortura, la desaparición, la apropiación de niños que desembocó en la muerte, exilio, fin de redes sociales, prohibiciones de todo tipo a una generación y significó la derrota de los sectores populares, el aumento de la brecha entre ricos y pobres, la corrupción, impunidad, decadencia y la falta de moral y ética en el país. Como símbolo de la resistencia a tanta ignominia, surgieron las admiradas y valientes Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Y por lo que representan, es una obligación aclarar la sospecha del uso fraudulento de subsidios públicos que el gobierno le entregó a la Fundación, destinados a la construcción de viviendas para carenciados.
Ante la supuesta malversación de fondos públicos por parte de Schoklender, apoderado de Madres dirigidas por Hebe Bonafini (no así, la Línea Fundadora), lo peor que puede hacer el gobierno y los organismos de derechos humanos es minimizar u ocultar. Es evidente que Schoklender miente y cuando habla se hunde más, en relación al manejo poco transparente del dinero público. Es evidente que no se puede llevar ese estilo de vida, armar sociedades (pantalla), con propiedades, yates y aviones, cobrando $5000 de sueldo. Ante las sospechas, se mira para otro lado.
Vicente Zito Lema se alejó de la Fundación por disputas con Schoklender y en una carta a Bonafini en el 2003 decía: "querida Hebe.. Ya he sufrido demasiado (exilio, persecuciones, atentados), al igual que muchos compañeros, en manos de esos nefastos mesiánicos. Sean los clásicos represores, o los que impúdicamente, saliendo de la oscuridad, se suben a caballo de experiencias históricas de las que nunca han sido parte”. Sobre el origen y destino de los fondos, decía: “Se nos habla de milagros y por eso no quiero formar parte de algo que en el futuro pueda dar cabida a responsabilidades judiciales y nuestra desacreditación pública”.
El silencio ante cosas que no funcionan, nos hace cómplice de lo repudiable. Hay medios y militantes del progresismo que callan, se llaman a silencio o con patético autoengaño, lo achacan a un campaña de desprestigio. Otros manipulan. Dicen que es un ataque al gobierno o "al corazón de los derechos humanos". No nos tomen por tontos. Es una obligación de todos pedir transparencia sobre el destino de fondos públicos, dinero faltante en escuelas, hospitales, desarrollo social,etc., que es nuestro dinero. ¿O no sabemos que la corrupción es la mayor plaga de AL?.
Bonafini ha sido una luchadora, pero no la única. Tiene razón Lanata, cuando dice que los movimientos de derechos humanos deben politizarse y no partidizarse. Unos fueron más víctimas que otros, pero hay toda una generación golpeada, con padres e hijos afectados y lo peor el futuro de varias generaciones fue afectada (entre ellas, la del paco). El pañuelo no se mancha, por supuesto, tampoco la lucha de sectores defensores de la dignidad del pueblo merece salpicarse con la sospecha.
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