viernes, 10 de septiembre de 2010

Buenos Aires, 1916. Isadora Duncan

Descalza, desnuda, envuelta en la bandera argentina, Isadora baila el Himno Nacional

Eduardo Galeano (libro Mujeres)

Una noche comete la osadía en un café de estudiantes de Buenos Aires, a la mañana siguiente todo el mundo lo sabe: el empresario rompe el contrato, las familias devuelven sus entradas al Teatro Colón y la prensa exige la expulsión de esa pecadora que ha venido a la Argentina a mancillar los símbolos patrios. Isadora no entiende nada. Ningún francés, protestó cuando bailó la Marsellesa con un chal rojo por todo vestido. Si se puede bailar una emoción, si se puede bailar una idea, ¿Por qué no se puede bailar un himno?. La libertad ofende. Mujer de ojos brillantes, Isadora es enemiga declarada de la escuela, el matrimonio, la danza clásica y de todo lo que enjaule al viento. Ella baila, bailando goza, y baila lo que quiere, cuando quiere y como quiere y las orquestas callan ante la música que nace de su cuerpo.”